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ALBERT ORFILA/IÑAKI OTEIZA El regatista Pepote Ballester se había propuesto dos objetivos a su regreso de Sydney: emprender una nueva andadura en la vela de crucero de la mano de su patrocinador, Mallorca Yatching, y poner en marcha un ambicioso proyecto para la formación de jóvenes que quisieran iniciarse en este deporte.

Sin embargo, éste último seguirá en el dique seco durante al menos dos años, tiempo que Ballester permanecerá en excedencia de su cargo como director técnico de la Escuela Superior de Vela. Visiblemente contrariado con la gestión que se está llevando a cabo en el organismo del Govern, Ballester aseguró ayer a este periódico que buena parte de su decisión se debe a las diferencias con el director de la Escuela Superior de l'Esport (EBE), Francisco Javier Aguado.

«He mantenido una excelente relación con Joana María Petrus y de hecho la sigo teniendo. Le estoy agradecido por muchas cosas y siempre sintonizamos bien, pero no con todo el mundo es así. He tratado de poner en marcha proyectos que después se han paralizado sin ninguna explicación. No quiero polemizar sobre este tema, ahora estoy en excedencia y quiero dedicarme al crucero con la intención de volver en el futuro a la escuela, pero es cierto que me han desanimado muchas cosas», afirmó el regatista olímpico. En concreto, Ballester se refirió a dos proyectos que había previsto iniciar esta temporada en Calanova. Uno de formación para monitores de Balears y otro que tenía como fin la creación de escuelas municipales de vela, a fin de optimizar la enseñanza de este deporte entre los más pequeños. «Tenía mucha ilusión por llevar adelante todas estas ideas, pero al parecer o no son suficientemente interesantes o no hay voluntad de realizarlas y no me gusta que los proyectos se queden parados», indicó.