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EFE - Madrid El Real Madrid dejó clara la diferencia que existe entre su plantilla y la del Cantabria Lobos con la victoria lograda hoy sobre los montañeses, que al final del segundo cuarto ya se fueron al descanso con la sensación de haber perdido el partido, a pesar de defenderse brillantemente.

Los cántabros aguantaron bien durante diecisiete minutos, después de plantarse con seriedad y humildad en la pista, donde incluso se permitieron el lujo de comandar el marcador algunos minutos, aunque siempre con rentas muy cortas.

El modesto equipo que dirige Dani García, en el que fue determinante el acierto de Manel Bosch y Lewis Sims, cerró el primer cuarto con una pequeña renta (19-21) y con la satisfacción de dar la cara en una pista donde, a priori, debe jugarse una liga diferente a la suya.

Pero su desgaste se notó demasiado y su técnico, consciente del esfuerzo de sus hombres, sentó a Dani Pérez cuando cometió la segunda personal; empezó el segundo cuarto sin Lewis Sims y cuando Manel Bosch cometió la tercera falta, a los trece minutos, también le retiró.

Los blancos, sin Aleksander Djordjevic, lesionado, y sin Marko Milic, por ahora sin licencia para jugar como comunitario, esperaron la ocasión para llevar las cosas a su terreno y sentenciaron el partido en poco tiempo.

Por otra parte el El Barcelona se desquitó de su derrota europea arrasando al Proaguas Costablanca, al que derrotó por 68-101 en Alicante, en un encuentro dominado de principio a fin por el equipo que entrena Aito García Reneses y en el que el conjunto alicantino no estuvo en momento alguno a la altura del inmenso potencial de su rival.

El equipo barcelonista rompió el partido desde la línea de tres puntos en el primer cuarto y durante el resto del encuentro se limitó a aprovechar la calidad de sus jugadores, en especial Seikaly y Jasikevicius, para aumentar las diferencias y acabar el duelo jugando a placer ante un público que, aunque se mostró hostil, acabó por rendirse a la superioridad del Barça.