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El fútbol español se parece cada vez más al italiano. En todo. Sobre todo en el arte de hinchar el globo para cuando explota finalmente darse cuenta que no lleva apenas aire en su interior. Dicen los italianos, maestros en el marketing, que el fútbol es maravilloso de lunes a sábado. Es el tiempo que se utiliza para calentar un partido que generalmente luego decepciona.

En este caso la decepción fue para los barcelonistas. Se bombardea al aficionado con toda clase de adjetivos, incluido el tan manido de partido del siglo, o partido del año, se busca un cabeza de turco a modo de carnaza o morbo añadido como el pasado sábado con Figo en la visita del Madrid al Camp Nou y anoche la figura de los poblers Damià Amer, en el banquillo del Mallorca, y Serra Ferrer, en el del Barcelona. La anécdota, pues, se eleva a categoría. Agítenlo todo en la cocktelera de las ondas, la tipografia, las tertulias y y tendremos el resultado de una gran pompa de jabón... azulgrana.

En mis primeros tiempos del «AS» el finado Miguel Muñoz se quejaba de que a los entrenamientos del Madrid en la Ciudad Deportiva sólo acudían dos periodistas a los que además ponía nombre y apellido: Juan Miguel Cobo, por el «AS», y Belarmino Calvo «Belarmo» por el «Marca». Hoy se necesita poner guardias de seguridad y el Barcelona llegó a Palma acompañado de más de un centenar de periodistas, pero el fútbol sólo ha cambiado el envoltorio. Es más, los hay que sostienen que antes Madrid y Barça jugaban mejor.

Por eso no me cansaré de decir que las exageraciones son propaganda para incautos. En sa Pobla saben que es la localidad mallorquina que más jugadores de Primera División ha dado (Pedro Mascaró, Julián Mir, Pedro Gost, Damiá Amer, Molondró y Mágico Díaz) y allí son culés por convicción y sin disimulos. Incluso es blaugrana el color de la U.D. Poblense. Y en el resto de Mallorca la afición tiene como en la canción de Alejandro Sanz el «corazón partío». Eso es: unos son del Barcelona y otros del Madrid, que son los únicos que llenan Son Moix como antes llenaban el Luis Sitjar.