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J.M.G. Con la baja de última hora de Lluís Carreras que se tuvo que quedar en Palma aquejado de un proceso gripal, el Mallorca viajó a Bilbao para disputar el partido contra el titular de San Mamés. Un partido de vital importancia para el cuadro que dirige Luis Aragonés después del nefacto arranque liguero donde sólo lleva sumado un punto. La empresa no será fácil, pues aunque el comienzo del conjunto de Rojo tampoco ha sido espectacular está en mejor condición que el Mallorca.

Para conseguir la reacción que necesita el conjunto mallorquinista el técnico ha apelado a la magia del nigeriano Finidi George como forma de dar oxígeno a una plantilla que está acusando las bajas de Stankovic, Eto'o, Luque y el propio Finidi, que reaparecerá tras perderse los dos últimos encuentros por lesión.

Por lo visto a lo largo de la semana, Aragonés volverá a emplear un sistema de juego con cuatro defensa, cinco mediocampistas y un sólo delantero, tarea que encomendará al joven Güiza, tal y cómo ocurrió el pasado domingo en el estadio Son Moix ante el Málaga. El «sabio» de Hortaleza no ha tenido un buen comienzo en su nueva etapa como técnico del Mallorca, ya que además de las bajas sensibles en el ataque, ha visto cómo el delantero Leo Biagini fallaba dos penaltis en momentos clave de los partidos ante el Valladolid y el Valencia.

El defensa vasco del Mallorca, Javier Olaizola, que jugará con una mascarilla para proteger su nariz tras un golpe en la pasada jornada, expresó su optimismo con vistas al partido en San Mamés y aunque reconoció que el Athletic «es un hueso muy duro de roer en su campo», cree que su equipo «tiene que reaccionar, y qué mejor que hacerlo en Bilbao», dijo.