Aspecto que mostraban las gradas de Son Moix en el partido de anoche. FOTO: TOMÁS MONSERRAT.

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0 MALLORCA: Leo Franco, Olaizola, Nadal, Siviero, Soler, Novo, Engonga, Djokaj, Ibagaza, Luque y Carlos.
Cambios: Biagini entra por Carlos; Cordero por Djokaj, Armando por Novo, Marcos por Engonga, Lluís Carreras por Miquel Soler, Robles por Ibagaza y Micki por Leo Franco y Niño por Armando.

4 BAYER LEVERKUSEN: Zuberbühler, Kovac, Reeb, Nowotny, Zivkovic, Ponte, Ull Kirsten, Ballack, Gresko, Neuville y Ramelow.
Cambios: Vranjes por Kirsten, Rink por Ponte, Babic por Gresko, Bradric por Ballack y Neuendorf por Neuville.

ÀRBITRO: Àngel Rodador Rodríguez. Mostró cartulinas amarillas a Siviero, Olaizola y Engonga.
GOLES:
Minuto 10, Neuville, 0-1.
Minuto 58, Rink, 0-2.
Minuto 68, Rink, 0-3.
Minuto 87, Brdaric, 0-4.
INCIDENCIAS: Estadio de Son Moix. Algo menos de tres mil espectadores para presenciar la primera edición de la Copa Unicef, que disputaron el Real Mallorca y el Bayer Leverkusen.

Casi nada salió bien en el estreno veraniego del Mallorca en su centro de operaciones. Transcurrió en una atmósfera casi íntima "la hinchada no respondió a la primera cita del equipo balear" y sólo el Bayer Leverkusen pudo extraer conclusiones positivas. El conjunto alemán impuso su pegada ante un equipo que sigue encajando muchos goles y que recordó sin disimulo alguno que, entre otras muchas cosas, necesita solvencia en las bandas.

Carlos Domínguez "y eso ha dejado de ser noticia" se harto de malgastar un buen puñado de ocasiones. De hecho, su falta de tino en los últimos metros impidió que el encuentro cobrara nuevas perspectivas para su equipo. Eso sí, el Mallorca mostró con timidez algunas cosas interesantes poco después de que Neuville rentabilizará una milimétrica asistencia de Gresko.

Luis Aragonés, que tiró de un 4-4-2, ha otorgado plenos poderes a Vicente Engonga. El futbolista cántabro es el jefe de operaciones y durante el primer tiempo dibujó un par de pases a los que sólo les faltó un culminador. A medida que el partido fue creciendo, el grupo balear dejó patente que está huérfano de ritmo. Intentó aplicar la receta de Luis Aragonés "presión en la zona de las calderas", pero el Leverkusen encontró muchas grietas y acabó rubricando un marcador humillante. El Mallorca desapareció por completo del terreno de juego en la segunda parte. Aragonés buscó un cambio dando entrada a todos los futbolistas que tenía en el banquillo, pero nada impidió que el Leverkusen acabara dándose un festín.