TW
0

RAFEL ABRAHAM
Siempre es aventurado hacer pronósticos. Y decimos esto, porque el teórico resultado de la I Pujada al Puig d'Inca, celebrado ayer domingo, con organización de la escudería Illes Balears, desmontó el vaticinio de una difícil carrera para los monoplazas.

Las tandas de entrenamientos, un total de cuatro repartidas entre sábado y domingo, fueron dominadas por fórmulas y barquetas, que subida tras otra intercambiaban los pilotos con mejor registro. Helmut Kalenborn y Toni Grau parecía que iban a repartirse los mejores trozos de la tortilla, pero no sabían que ésta iba a girar. Jeroni Perelló, con su ZX Kit Car, se revelaba como el más rápido entre los carrozados, demostrando que cada día está más hecho a su nuevo coche. Galiana con su Sierra Cosworth y Pujol junto a Galmés, ambos con Clio Williams, estaban al acecho de Jeroni, y no querían dejar pasar la oportunidad.

Llega la jornada definitiva. Los resultados aún no son significativos del incierto resultado final. Las primeras bajas ya aparecen con la llegada de las primeras «paellas», curvas muy cerradas de 180 grados, y sus desniveles. Miquel Pujol de nuevo se ve incapacitado para subir al pódium en carrozados al romper una transmisión del Williams, mientras que sólo unos minutos más tarde, uno de los principales favoritos al cetro balear de montaña, Gaby Grau, queda igualmente apeado de la competición en idénticas circunstancias y en el mismo lugar. Dos menos, están pensando algunos de sus oponentes, mientras frotan sus manos antes de tomar la salida en la definitiva subida. Fito Carasa, con su fórmula Renault Paladar, se alza con la victoria de manera aplastante e inesperadamente, aunque no con menos merecimiento tras una carrera sensacional.