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LUIS VILLAREJO - HOLANDA
No escondió sus cartas Camacho. Dividió a su plantilla en dos grupos. Uno, con peto verde, los suplentes, y otro sin él, los titulares, en un once en el que sólo despistó el seleccionador con la presencia de Cañizares. Su presencia o la de Molina sería la gran duda, pero en la conferencia de prensa posterior, Camacho no dio síntomas de cambiar a Molina.

El estadio es extraordinario. Pero su asignatura pendiente sigue siendo el césped. Está mejor que en aquella final, pero la hierba estaba alta y el piso más duro de lo normal. Camacho dijo que da igual el estadio donde uno juegue, «porque las sensaciones siempre son buenas en todos los campos». «Ahora bien, el campo es fenomenal. Aquí difícilmente puede haber aire al estar cerrado. El aire dificulta mucho al futbolista», señaló Camacho. El técnico, cuando fue preguntado por si Molina perderá el sitio mañana por su fallo del debú contra Noruega, fue claro: «Tengo confianza en mis tres porteros. Yo no varío mi posicionamiento por una jugada determinada. Hoy nos jugamos todo. Sólo valen los tres puntos. Los jugadores son conscientes de lo que se juegan», señaló Camacho.

La selección, por cierto, tuvo uno de sus mejores días en el entrenamiento. Vio más gol que nunca y todos esperan que sea una premonición. Tanto Raúl como Alfonso y Urzáiz mandaron a la red todo el balón que les llegó en las acciones de estrategia ofensiva. Camacho no está de acuerdo en que le atribuyan que esta selección está compuesta por once «camachitos». «Yo no puedo decir eso. Cada uno tiene su estilo. Estaría bueno que le dijera yo a Pep o Raúl que han ganado ya más títulos que yo como futbolista, que jueguen como yo. Es una frase que queda muy bonita pero que yo no puedo decir», dijo el seleccionador. Sobre la falta de agresividad en el primer partido de España Camacho subrayó que «cuando un equipo pierde se buscan todo tipo de argumentos, de problemas y se dice que no hay agresividad».