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Paría fue ayer la capital europea del fútbol y España se paralizó para ver en la final de la Liga de Campeones a los dos equipos nacionales. Madrid y Valencia hicieron que desde las 20.45 horas, Palma viviera con intensidad el partido de la temporada.

Muchos de los seguidores más sentimentales se reunieron en las principales peñas palmesanas. Si la Peña Valencianista Pepe Gálvez y el Centro Regional de Valencia monopolizaron la actividad che, los madridistas se dispersaron algo más.

El conjunto blanco tiene muchos aficionados en Mallorca y fueron los que vivieron con más intensidad y alegría el partido. La primera parte tuvo color negro "el Madrid vestía su segunda indumentaria en Saint Denis" y el gol de Morientes desató la euforia.

La alegría madridista ya no iba a tener fin. McManaman rompió al grupo de Cúper y sólo unos pocos ya no se veían ganadores. Estos escépticos se lanzaron definitivamente a la fiesta con el definitivo tanto de Raúl. Las botellas de champán se destaparon y los gritos ensordecían. El Madrid se alzaba con la octava Copa de Europa.