TW
0

83 DRAC INCA: Roe (25), Yáñez (8), Felipe García (5), Merchán (15), Merino (7) "cinco inicial", Alzamora (2), Monclova (9) y Rubchenko (12).
27 de 37 en tiros de 2 puntos. 5 de 16 en tiros de 3 puntos. 14 de 18 en tiros libres. 33 rebotes (22 en defensa y 11 en ataque). 16 faltas personales.

71 CAJASUR: Camacho (19), Manu Gómez (6), Oscar González (13), Gladness (11), Alonso (6) "cinco inicial", Miguel Àngel Gómez (2), Liñán (6), Mesa (6) y Sala (2).
13 de 25 en tiros de 2 puntos. 12 de 28 en tiros de 3 puntos. 9 de 11 en tiros libres. 18 rebotes (10 en defensa y 8 en ataque). 20 faltas personales.
ARBITROS: Pérez Niz y Palenzuela Pastra. Excluyeron por cinco faltas personales a Manu Gómez (min.39).

MARCADOR CADA 5 MIN: (15-15) (23-23) (33-30) (47-44) "descanso" (61-56) (70-62) (77-66) y (83-71) "final.
El discurso colectivo disipó problemas. El equipo que amalgama más talento inclinó de nuevo la balanza. Drac Inca cobró ventaja en la serie y dejó malherido a un Cajasur que se aferró a la clarividencia de su línea exterior (12 triples, 7 de ellos en el primer acto) para despejar cualquier incógnita sobre su tratado de intenciones. Lou Roe impuso de nuevo su jerarquía, pero resultó imprescindible apelar al grupo para tumbar a un equipo que no sabe especular y defensivamente trabajado.

Si cualquier partido oculta sin grandes dosis de disimulo muchas cosas previsibles "por ejemplo, la capacidad de amenaza de Óscar González y Joe Alonso en el perímetro", el Inca vió alterado gran parte de su dibujo con un factor inesperado: Manuel Camacho. El alero andaluz fue quien rescató a su equipo cada vez que el Inca intentaba dar el tiro de gracia y también quien encontró soluciones cuando había amenaza de atasco. No obstante, encomendarlo todo a los tiradores tiene un inconveniente: también fallan, más si la selección es mediocre y el rival extrema precauciones.

Y así se escribió el guión del tercer cruce de caminos entre Inca y Cajasur. El cuadro mallorquín portó la brújula e impuso su ritmo, pero su rival generó continuos corto circuitos que prolongaron hasta el ecuador del últimos cuarto cualquier tipo de conclusión. El primer tiempo fue un lujo. Porcentajes de ensueño en ambos equipos y un único aspecto desequilibrante: el juego interior. Dani Merchán y Nacho Yáñez impusieron sus credenciales bajos los tableros y su hubo segundas opciones o posibilidad de armar alguna transición fueron para el Inca. Cajasur encontró petroleo desde la línea de 6'25 metros (7 de 13) y se mostró letal desde la línea de tiros libres (9 de 9), pero el Inca acabó viendo reflejado en el marcador la mayor solvencia de su baloncesto (47-44).
Cajasur había buscado un cambio de orientación montando una zona 2-3, pero Olmos tiró del banquillo y Rubchenko hizo el resto. En el tercer cuarto, Cajasur recurrió a una presión en toda la pista que Rafa Monclova y Felipe García rompieron sin excesivos problemas. A partir de ahí llegó el declive andaluz.