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1 FIGUERES: Miranda (2), Freixa (1), J. Prieto (1), Dani Fernández (1), López Bravo (2), Piti (2), Roberto (2), Pons (2), Peña (1), Gusi (2) y Juli (1).
Cambios:Jordi Martínez (1) por Piti, Germán (1) por Gusi y Oronoz (1) por Juli.
0 MALLORCA B: Miki (2), Jacobo (1), Rubiales (2), Raúl Valencia (2), Cámara (2), Viale (1), Buades (1), Jonathan (2), Vinuesa (1), Carlos (1) y Peñaranda (2).
Cambios:Alison (2) por Vinuesa, Benjamín (1) por Carlos y Güiza (1) por Peñaranda.
ÀRBITRO: Gil García, del Colegio Valenciano (2). Bien. Mostró cartulina amarilla a López Bravo, Jordi Martínez, Cámara, Alison y Benjamín.
GOLES:
Minuto 88, Roberto, 1-0.
INCIDENCIAS: Municipal de Figueres. 800 espectadores presenciaron en directo el encuentro, que se disputó en un terreno de juego en perfectas condiciones para la práctica del fútbol.
LO MEJOR: La consistencia defensiva del Mallorca B
LO PEOR: La falta de profundidad

JESÚS NAVARRO-ÀREA 11 Un gol de Roberto a falta de dos minutos para la conclusión derrotó al Mallorca B en un partido en el que los rojillos estuvieron bien en defensa, pero con muy poca mordiente en ataque. Esta derrota es la primera en toda la segunda vuelta del cuadro balear en un inoportuno momento en el que no se puede fallar para poder mantener las aspiraciones de ascenso.

En la primera parte el dominio correspondió al equipo local, que a los tres minutos ya dispuso de la primera ocasión. Pasado el susto inicial, el Mallorca B mostró una mayor seguridad en su línea defensiva y controló sin excesivos problemas a los delanteros del Figueres.

El primer y único aviso serio de los rojillos en los primeros 45 minutos se produjo al cuarto de hora. Vinuesa roba un balón cerca del área catalana, se interna dentro del área, pero se entretiene demasiado con la pelota y permite a la defensa local desbaratar el peligro. A partir de aquí, el Mallorca B no se acercó al área local. Un disparo flojo de Juli a los veintidos minutos, y un chut de Piti desde la frontal del área en el veintisiete, fueron las únicas ocasiones claras de los locales, en un primer tiempo en el que los mallorquines apenas se acercaron a los dominios de Miranda.