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62 CAPRABO LLEIDA: R.Grimau (18), Bordas (3), Oliver (2), Bunn (24), García (6) -cinco inicial-, Ruf (3), Marc Joan (2), Victoriano (4) y S.Grimau (0).
61 DRAC INCA: Yáñez (10), Merchán (8), Merino (13), Monclova (11), Gonzalo (19) -cinco inicial-, Roure (0) y F.García (0).
ARBITROS: Pérez Niz y Roiz. Sin eliminados. Sancionaron con falta técnica a Edu Torres, entrenador local.
ALBERT ORFILA
ENVIADO ESPECIAL A LLEIDA

Sin ser discípulo de Micki Vucovick, Paco Olmos guiñó a su pasado más reciente y desempolvó los apuntes del Pamesa para sacar máximo partido al escaso armamento que figura en su inventario. Drac Inca saltó a la pista con dos obsesiones: controlar el rebote defensivo y manejar el reloj, una propuesta casi idéntica a la que recurrió ante el Murcia. Los beneficios fueron máximos. Merchán y Gonzalo Fernández impusieron su rango dentro la pintura y a partir de ahí Rafa Monclova no tuvo problemas para hacer suyo el partido. El Lleida, pese a los esfuerzos de su entrenador, vivió en un atasco casi continuo (22 puntos en el primer tiempo) y Drac Inca no tardó en proyectar su gobierno. Tras un primer cuarto sobresaliente (12-20), el cuadro mallorquín agrandó su renta tras dos acciones consecutivas de Yáñez (20-33). Había logrado cortar el suministro a Joe Bunn y Roger Grimau el equipo inquense y los locales se quedaron mudos (22-35 al descanso).En el segundo acto todo cambio. Caprabo Lleida apeló a la intensidad defensiva y logró instalar al Inca en la confusión más absoluta. Sin brújula y espeso, en apenas cuatro minutos acumuló más pérdidas de balón que nunca y el cuadro catalán cobró vida. Un parcial de 19-3 varió sustancialmente el rumbo del encuentro. Lleida había logrado voltear el marcador por primera vez (41-38). Olmos reaccionó tirando de Felipe. Su equipo recuperó aplomo, pero la cita hábía cobrado nuevas perspectivas: quedó atrapatada en un cara o cruz. Y así se resolvió. El Inca recuperó la compostura al final, pero despojado del instinto asesino que había exhibido durante el primer tiempo, concedió demasiadas oportunidades a su rival. A falta de seis segundos para el final y con máximo equilibrio en el marcador (60-60), Luis Merino sólo convirtió uno de los dos tiros libres de los que dispuso (60-61). Segundos después, Bunn dio el tiro de gracia.