Stankovic, lesionado, quejándose en el suelo. FOTO: TOMÁS MONSERRAT.

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Derrota, drama y silencio en Son Moix. El Real Mallorca perdió frente al Espanyol y vistió de negro su más inmediato futuro. El uno a tres final dejó al público de Son Moix sin posibilidad de reacción, mientras que los futbolistas se miraban los unos a los otros sin saber exactamente qué hacer ni qué decir. Los de Vázquez mejoraron en actitud, gozaron de oportunidades, pero volvieron a pecar de falta de definición.

Los primeros instantes empezaron con dudas por parte del Real Mallorca. El Espanyol aprovechó esta circunstancia y sacó beneficio de los primeros cinco minutos de descontrol que protagonizó el equipo rojillo. Una penalti de Stankovic sobre De Lucas en el interior del área fue señalado por Iturralde González y Galca no perdonó a Franco y situó el cero a uno.

El Espanyol había sacado partido de un inicio renqueante por parte del rival, aunque con el gol a favor los papeles se intercambiaron y el Mallorca empezó a mandar y a dominar en la zona ancha. Con el cero a uno los de Vázquez despertaron de su letargo y empezaron a llegar con peligro a las inmediaciones de la meta de Cavallero. Lauren ejercía de carrilero y llegaba con peligro a la línea de fondo, Carlos estaba muy activo y siempre con la caña a punto, mientras Miquel Soler también intentaba llegar por su banda trabajando conjuntamente con Stankovic. Ibagaza se movía con relativa libertad y el gol se intuía en favor de los locales. Un cabezazo al larguero de Nadal fue el presagio del tanto mallorquinista.

Engonga dibujó en el minuto 22 una asistencia perfecta y magistral buscando a Samuel Eto'o, que leyó muy bien el pase y no perdonó frente al guardameta argentino. Con el empate a uno, el Mallorca siguió mandando y el Espanyol apenas inquietaba a Leo Franco.

En la segunda parte el drama sobrevoló Son Moix. El Mallorca intentaba manejar el partido, pero falló en momentos clave, como por ejemplo cuando, con el empate a uno, Carlos erró una ocasión cantada en un mano a mano con Cavallero. Del posible dos a uno se pasó a todo lo contrario. El Espanyol iba ganando terreno ante las dudas de los mallorquinistas. En el minuto 71 el cuadro catalán se adelantó de nuevo en el marcador, al conseguir Roger finalizar una asistencia perfecta de Navas. Fernando intentó reaccionar, movió el banquillo, pero nada dio resultado. Manel se encargó de cerrar el partido y de sembrar de dudas a la institución balear.