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EFE - NYON
El Real Madrid, que accedió a los cuartos con angustia y sufrimiento tras salir vivo del infierno helado de Noruega, tenía ganas de medirse con el Manchester United. Se verá, por tanto, el enfrentamiento que no hubo en el último Mundial de clubes de Brasil y el duelo entre el campeón en Amsterdam´98 y el de Barcelona´99. Un choque entre el club más rico del mundo, el inglés, y el mejor de la historia para la FIFA, el español.

El Barcelona, el mejor equipo de la competición hasta el momento y uno de los grandes favoritos para la victoria final en el estadio parisino de Saint Denis, se encontrará con uno de los rivales que más deseaba, el Chelsea inglés.

El conjunto azulgrana se encontrará, de esta manera, con Albert Ferrer, un jugador que tuvo que abandonar la disciplina del equipo de Louis van Gaal por no entrar en los planes del técnico holandés.

El Chelsea, un equipo con marcado carácter italiano por su técnico, Gianluca Vialli, y jugadores como Gianfranco Zola, desperdició la oportunidad de pasar como primero de grupo al caer con el Lazio (1-2) en su feudo y ahora tendrá que medirse con un Barcelona en racha que jugará la vuelta en el Nou Camp.

El otro equipo español, el Valencia, se encontrará con el Lazio del sueco Sven Goran Eriksson, un conjunto con una de las plantillas más poderosas del continente y actual campeón de la Recopa.

Claudio «Piojo» López, la gran estrella valencianista, se enfrentará en el campo con compañeros de la selección argentina, como Diego Pablo Simeone, Matías Jesús Almeyda, Juan Sebastián Verón y Néstor Sensini, así como con el chileno Marcelo Salas. El Valencia del técnico argentino Héctor Cúper ha llegado a esta ronda por la puerta grande y después de superar dos fases terroríficas. Jugar el partido de vuelta en el Olímpico de Roma puede ser una desventaja, pero el español se ha mostrado como un conjunto capaz de ganar en cualquier feudo.

La restante eliminatoria es, en teoría, la más desequilibrada entre el Oporto luso y el Bayern Múnich alemán, más que nada por la buena sensación que ha dejado el conjunto germano en la segunda liguilla.