Seguidores del equipo del Galatasaray, a su llegada a Son Sant Joan. Foto: JAUME MOREY.

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El equipo de Fernando Vázquez vuelve a ponerse el traje europeo para enfrentarse esta noche al Galatasaray de Stambul.
El equipo turco aterriza en Son Moix con la vitola de ser un conjunto altamente experimentado y con el objetivo de alcanzar el título en juego. La UEFA CUP es un reto para la escuadra de Fatih Therim que se encuentra en su camino con un auténtico escollo como es el equipo de Fernando Vázquez.

A las órdenes del entrenador de Castrofeito, el Mallorca acabó con la ilusión de dos equipos checos y con el objetivo de llegar a la final de dos superpotencias como son el Ajax y el Mónaco. Los isleños han conseguido superar barreras infranqueables a base de trabajo y humildad y ahora existe el pleno convencimiento de que puede repetirse la historia. El respeto hacia el Galatasaray es total. Los turcos merecen el papel de favoritos ya que están avalados por muchos años de participación en competiciones europeas.

Sin embargo en el vestuario mallorquinista el convencimiento de que se les puede ganar es total y absoluto. Vázquez ha sabido concienciar a su plantilla y los futbolistas saben que haciendo las cosas bien, como ante el Ajax y el Mónaco, nada tienen que temer y nada les debe obsesionar. Sin embargo el rival tiene ciertos matices que deben contrarestarse debidamente. La defensa raya la normalidad y en ocasiones exhibe carencias de comportamiento que ilógicas como inocentes. Sin embargo en el centro del campo se hacen fuertes. Con Gica Popescu como gran emperador y Gheorghe Hagi como cerebro, la línea de creación se mantiene firme y con las ideas claras. El ex jugador del Real Madrid y del Barcelona es el auténtico referente del equipo turco, es el hombre clave. Si él funciona el Galatasaray funciona. Si no tiene su mejor día, el conjunto se vuelve más vulnerable en todos los sentidos. Pero Vázquez ya lo avisó en su día «el equipo no sólo es Taffarel, Popescu o Hagi, hay otros muchos a tener en cuenta». Y es que Fernando conoce bien el potencial del rival y sabe que será imprescindible atar bien al hombre gol, a Hakan Sukur. Su olfato goleador es letal de necesidad y si bien es importante neutralizar a Hagi, tan importante o más es tener bien atado en todo momento al máximo artillero turco.