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Penya mantiene la calma. El déficit que ha acumulado el Bàsquet Inca en la apertura de la segunda vuelta no ha alterado en exceso a su presidente, quien mantiene un discurso moderado. El mandatario ha cerrado filas en torno al plantel y se ha apresurado a recordar que el equipo ha sabido desenvolverse ante situaciones que destilan aroma a crisis. No obstante, Penya ha dejado claro que en el Palau d'Esports está prohibido perder y aguarda una rehabilitación inmediata. «En la recta final de la primera vuelta atravesamos por una situación similar; encademos tres derrotas consecutivas y el equipo acabó reaccionando. Creo que sería absurdo dramatizar y lo que hace falta ahora es mantener la calma, aunque está claro que ante el Cajasur no podemos permitirnos ningún tipo de licencia y debemos sacar el partido adelante», significó el dirigiente.

Sebastià Penya se refirió a la actitud exhibida por la plantilla en los últimos partidos subrayando que «el trabajo diario es muy bueno y así lo ha manifestado el cuerpo técnico; personalmente considero que el grupo que se ha formado este año es extraordinario y muy profesional. Todo el mundo es consciente de lo que nos estamos jugando. La entidad necesita recuperar crédito y los jugadores que están aquí también quieren reivindicarse. Lo que quiero decir con esto es que nadie está conforme con la actual situación y eso me parece fundamental para emerger de nuevo. Personalmente no creo que el equipo en pleno se haya relajado en estos últimos partidos, aunque puede ser que algún jugador lo haya hecho». En opinión del mandatario inquense, el plantel actual del Bàsquet Inca ha evidenciado durante un buen tramo de la competición que tiene argumentos para moverse entre los mejores equipos de la categoría. «Hemos sido líderes durante varias jornadas y eso no es fruto de la casualidad. En este equipo hay talento y también se trabaja mucho, por eso estoy convencido de que saldremos adelante».