Vázquez quiere empezar con fuerza este año 2000 y confía plenamente en todos sus hombres más allá de las bajas.

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Enero empieza cuesta arriba para el Real Mallorca. Además del difícil calendario que debe afrontar el conjunto rojillo, las bajas están más que nunca a la orden del día y Fernando Vázquez observa como los problemas crecen día a día.

De entrada con vistas al partido frente al Valladolid de este próximo miércoles hay tres bajas seguras, las de Stankovic, Biagini y Siviero. Los dos primeros están lesionados y en el caso del argentino, éste llegará mañana una vez que tenga ya en su poder el pasaporte italiano que le permita ocupar plaza de jugador comunitario. A estos inconvenientes hay que unir la duda de Miquel Soler que ayer tampoco entrenó con el resto del grupo al continuar con ligeras molestias en su gemelo izquierdo.

Pero no sólo estos problemas puntuales son los que preocupan al Bruixo de Castrofeito. Esta misma semana, muy posiblemente antes de jugar contra el Atlético de Madrid, Lauren y Biagini tendrán que emigrar con sus selecciones y permanecerán ausentes por espacio de un mes como mínimo cada a uno de ellos.

Con este panorama Fernando prepara un inicio de año cargado de partidos y con varios retos por delante como por ejemplo asegurar la llegada a las semifinales de la Copa del Rey y de la UEFA además de seguir arriba en la Liga.

La marcha de Lauren y Biagini en un momento tan importante de la temporada no ha cogido por sorpresa a Fernando pero reconoce que estas bajas, añadidas a la de Stankovic, motiva que el grupo se rompa. «Sabíamos lo de Lauren y Biagini pero esto sumado a que Stankovic tampoco está da la sensación de que el grupo que estaba ganando, se rompe un poco, pero bueno hay que buscar soluciones y encontrar un equilibrio con el resto de la gente para que el equipo no note sus ausencias».