Fernando Vázquez, dando instrucciones a sus jugadores durante la sesión de entrenamiento de ayer.

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Lejos de su optimismo habitual pero con la cabeza llena de grandes proyectos para el nuevo año, Fernando Vázquez basó su primera comparecencia ante los medios después de las vacaciones en un tema preocupante: las ausencias de Lauren Bissan, Leo Biagini y, sobre todo, la de Jovan Stankovic, cuya dolencia en el tobillo empieza a ser una pesadilla. Los dos primeros comenzarán el 2000 enfrascados en sendas competiciones internacionales.

Lauren disputará a partir del próximo 8 de enero la Copa de Àfrica, aunque el club confía en retenerlo hasta después del encuentro ante el Atlético de Madrid del día 9; Biagini por su parte, que todavía sufre las secuelas de una pubalgia, ha sido convocado por la selección argentina para el preolímpico Sub-23. Vázquez no pudo hacer un diagnóstico más claro de la situación: «Nos falta el treinta por ciento de los jugadores de campo, supongo que es para estar preocupado».

El técnico bermellón lamentó las tres ausencias, pero hizo un hincapié especial en la del serbio, renqueante del tobillo izquierdo desde que Frank de Boer le practicara una durísima entrada en Son Moix.

«Siempre dije que la sanción a Burgos era excesiva, sobre todo si se tiene en cuenta que luego otras no reciben ningún castigo. En el caso de Stankovic, los perjudicados han sido el jugador y el Mallorca», señaló. A pesar de encarar las primeras semanas de un intensísimo calendario entre Liga y Copa sin tres de elementos clave de su sistema, Vázquez introdujo un tono de optimismo en su discurso al asegurar que el equipo no renuncia a nada. Cuando se le preguntó qué le pide al 2000, el entrenador bermellón no pestañeó al formular su deseo: «Llegar a la final de la Copa del Rey, a la de la UEFA y que nos clasifiquemos para disputar la Liga de Campeones».