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Lleva tanto tiempo en el equipo que le ha cambiado hasta el nombre. Paco "Chichi, Chicho" Soler completa la presente temporada un vertiginoso ciclo lleno de pendientes, ahora hacia el cielo, ahora hacia el infierno. Diez años en el Mallorca, un club donde uno nunca sabe muy bien qué va a ocurrir al día siguiente, le han reportado multitud de experiencias y se queda con todas. «Con los éxitos se disfruta pero donde de verdad aprendes es con los fracasos», señala este mallorquín que se colgó la medalla de oro de los Juegos Olímpicos de Barcelona el año en que su equipo bajó a Segunda División. «Aquello fue muy duro. A nivel personal supuso una satisfacción muy grande, pero el descenso fue un trago muy amargo. En el podio estábamos tres mallorquinistas, Pinilla, Vidal y yo, así que el Mallorca fue uno de los equipos que más jugadores aportó a la selección y acababa de bajar a Segunda. Fue una triste paradoja».

De los momentos clave que ha vivido el equipo a lo largo de los 90, el canterano se queda con dos: la reconversión en sociedad anónima deportiva y el desembarco de Beltrán. «El primero porque era un momento lleno de dudas. No sabíamos qué iba a pasar con el club hasta que llegó Dalmay; en cuanto a Beltrán, hubo un giro radicar de objetivos de la noche a la mañana. Teníamos un equipo diseñado para la permanencia y se buscó el ascenso. Ahora con la perspectiva de los años uno agradece más todavía ese cambio que nos benefició a todos».

Después de una década marcada por la irregularidad, Soler confía en que los próximos años llegue la consolidación definitiva de los éxitos que comenzaron a fraguarse tras el ascenso de Vallecas. «Mantenernos una temporada más en Primera supondría romper una barrera psicológica importante ya que el equipo nunca ha estado más de tres temporadas consecutivas en la categoría. De todos modos pienso que debemos aspirar a todo y no conformarnos con la permanencia. Está claro que somos un club humilde y no podemos trazarnos objetivos a medio plazo pero sí a corto, afrontando los retos uno a uno», indica el centrocampista, que se conforma con que en el 2000 el equipo mantenga la buena estrella de estos últimos años.