EFE - BARCELONA
Goldwire no salió en el quinteto inicial y fue Djordjevic quien dio una primera respuesta a los silbidos con los que le recibió el público, al anotar cinco puntos consecutivos que le supusieron al conjunto madrileño una primera ventaja de consideración (2-7, min.3). Estas diferencias no fueron a más, pero el Real Madrid fue capaz de mantenerlas durante los minutos suficientes como para obligar al técnico barcelonista, Aíto García Reneses, a solicitar un primer tiempo muerto (8-13, min.7), y a sustituir a un inoperante Milan Gurovic por Rodrigo de la Fuente.
Pero el partido tenía varios focos de atención complementarios al marcador y uno se encendió en el minuto nueve, cuando Anthony Goldwire saltó a la pista, ya que hasta entonces Nacho Rodríguez había ocupado la posición de base, e inició su particular examen ante el público del Palau, al que debía convencer de que la plaza vacante que dejó Djordjevic en el Barcelona está bien cubierta. Así lo hizo y tumbó al Madrid.
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