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El ciclo de Félix Herráiz en el Básquet Inca se ha agotado. Ha resultado breve. El júnior de oro, que desde hace dos semanas se encuentra en su Valencia natal cumpliendo un tratamiento que repare el menisco externo de su rodilla derecha, continúa sin recuperarse y el club ha acordado rescindir su contrato. La negativa del jugador y los propios médicos del Pamesa "entidad que tiene sus derechos" a ser intervenido quirúrgicamente, medida que en opinión del Inca reduciría de forma considerable el periodo de inactividad, generó en su día cierto malestar en el seno de la entidad balear, especialmente entre el cuerpo técnico. Paco Olmos, asesorado por diversos facultativos, no tardó en recelar en privado de la opción que escogió el jugador: seguir un tratamiento de recuperación conservadora en vez de operarse. Las sospechas del entrenador y los servicios médicos del Inca se confirmaron a finales de la semana anterior. Herraiz apenas ha mejorado de su dolencia y todo apunta a que deberá permanecer alejado de las canchas durante un periodo no inferior a los dos meses. Olmos no ha querido esperar. Además, es bastante probable que finalmente se vea obligado a pasar por el quirófano, circunstancia que puede ralentizar todavía más su regreso a las canchas.

Olmos no se ha pronunciado públicamente sobre el caso Herraiz, aunque según ha podido saber esta redacción, en el despido del jugador subyacen otros aspectos. Paco Olmos y Félix Herraiz se han distanciado sobremanera durante los últimos días y estos son algunos de los argumentos que han originado el divorcio.