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ESPECIAL PARA UH
El belga Frank Vandenbroucke (Cofidis) ganó prácticamente en las murallas de Àvila la decimonovena etapa de la Vuelta a España, disputada entre San Lorenzo de El Escorial y la ciudad amurallada, después de realizar un ímprobo trabajo para el alemán Jan Ullrich (Telekom), que aguantó bien la última jornada de montaña de esta edición de la ronda española y salvo imprevistos en la contrarreloj de mañana es el más firme candidato a llegar a Madrid con el jersey oro del líder.

Vandenbroucke se impuso con un tiempo de 4 horas, 54 minutos y 18 segundos, a una media de 37'6 km/h, con Mikel Zarrabeitia (ONCE) a 14 segundos y el grupo de Ullrich, que lo formaban siete hombres, Heras, Beltrán, González de Galdeano, Jiménez, Piépoli y Tonkov, a veinte.

Como en las dos jornadas precedentes, los indeseados «vampiros» vuelven a hacer de las suyas y extraen sangre a 33 ciclistas de los equipos Vitalicio, Kelme Costa Blanca, Riso Scotti, Lampre y Banesto, ninguno es declarado no apto, como tampoco se produce ningún positivo en los controles de la decimoséptima jornada.

En esta ocasión, sin embargo, la jornada comienza mucho más tranquila y no es hasta cumplido el primer tercio de carrera cuando comienzan las escaramuzas de verdad en el pelotón, con el salto de dos corredores, Díaz Lobato (Fuenlabrada) y Echevarría (Euskaltel) en el kilómetro 70, a los que se une y rebasa Díaz Justo (ONCE), aunque todos acaban juntos, lo mismo que Magnusson (US Postal), que salta un poco después.

Su ventaja no llegó a ser nunca de la suficiente entidad y aunque una primera cabeza de puente, con Piccoli, no surtió el efecto apetecido de la neutralización, las primeras rampas de Pedro Bernardo, alto de primera categoría, sí lo consiguieron.

Ahí, subiendo a Pedro Bernardo ya se hizo una primera selección, en la que quedaron 22 corredores, que después neutralizaron a los cuatro escapados y en la que estaban todos los ciclistas importantes de esta edición de la Vuelta.

Por la ONCE se colaron en el grupo Cuesta, Serrano y Zarrabeitia, Beltrán, Jiménez, Osa y Piépoli lo hicieron por Banesto, Vandenbroucke y Lelli del Cofidis, que además ejercieron clarísimamente de gregarios para Ullrich (Telekom), con los que también iban Chaurreau, Del Olmo y Laiseka (Euskaltel), Heras y Uría (Kelme), García Casas (Festina), Tonkov y McRae (Mapei), Zberg (Rabobank), Mazzoleni (Saeco), Blanco e Igor González de Galdeano (Vitalicio).

Tras una primera e importante criba en Pedro Bernardo, llegaba casi seguido el alto de Serranillos, igualmente de primera categoría, en donde vuelve a escaparse Serrano, al que sigue el vencedor de ayer, Roberto Laiseka y, poco después, a unos 40 kilómetros de meta, se les une Mazzoleni. Pero tampoco su aventura cuajó, los intereses del grupo en el que iba Jan Ullrich eran demasiado grandes y salvo un tirón de Vandenbroucke en la bajada de Navalmoral, que le permitió lograr unos metros de ventaja, nada iba suceder hasta llegar bajo las murallas de Àvila. Ahí, en el pequeño repecho de «pavés» que accede al centro de la ciudad, Zarrabeitia vuelve a intentarlo, pero tras su rueda se van Vandenbroucke y José María Jiménez. El belga llega hasta el español y los supera con extrema facilidad. Su victoria, a un kilómetro de la llegada, es ya inapelable y el belga lo sabe y comienza a celebrarlo.