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ESPECIAL PARA UH
El ciclista alemán Marcel Wust, del equipo Festina, fue el más astuto en la llegada masiva de la segunda etapa de la Vuelta 99, entre Alicante y Albacete, logrando la victoria en una jornada que se disputó a buen ritmo y en la que abandonaron los españoles Vidal y Plaza entre otros.

Marcel Wust, que logra así su novena victoria en sus diferentes participaciones en la Vuelta a España, invirtió en los 206 kilómetros 4 horas, 46 minutos y 4 segundos, el mismo tiempo que los italianos Zanini y Lombardi que dieron tiempo al pelotón principal en el que estaban los primeros de la general que comanda el francés Jacky Durand (Lotto).

La jornada, una vez superado el caos que supuso la salida neutralizada por la desorganización en Alicante, se inició con muchos nervios y prácticamente tras el banderazo de salida se cortó el pelotón en dos quedando una veintena de corredores como cabeza de carrera. Ese sobresalto imprimió un fuerte ritmo a la etapa y tras el reagrupamiento y unos momentos de tranquilidad se producía un nuevo corte al marcharse trece corredores entre ellos el español Iñigo Cuesta, el mejor situado en la general a tan sólo ocho segundos.

El burgalés llegó a ser líder provisional de la carrera durante muchos kilómetros, pues ese grupo llegó a tener hasta 4:27 minutos de ventaja, diferencia que hizo sonar la alarma en el pelotón pues había muchos equipos que no estaban representados y el hueco era ya importante.

La neutralización se produjo hacia el kilómetro 91 y tras unos momentos de calma volvió a producirse un nuevo corte, más que por la aparición del temido viento por los tirones por buscar los primeros puestos en el pelotón.

Tampoco prosperó ese corte y lo único que hizo fue avivar el ritmo y provocar algunas caídas, afortunadamente sin mayores consecuencias, aunque dos actores principales de la Vuelta 99 como son el suizo Laurent Dufaux y el español Roberto Heras dieron más emoción a la etapa.

El helvético quedaba cortado como consecuencia de una «montonera» y Roberto Heras sufría una caída, afortunadamente, sin mayores consecuencias que un golpe en la cadera.

Por su parte, a unos 50 kilómetros, el alemán Ullrich y el suizo Zulle hablaban en las primeras posiciones del pelotón y quizás, fruto de esas conversaciones fue la tranquilidad que llegaba poco después al pelotón, momento que aprovechó el español Iñigo Chaurreau (Euskaltel).