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TOMEU TERRASA/JOAN TORRES Una calurosa bienvenida. Eso es lo que se va a encontrar la expedición mallorquinista a su llegada a Kössen. Calurosa por dos motivos: porque la región austriaca se ha volcado con el Real Mallorca y por las altas temperaturas que los últimos días azotan el lugar de concentración del equipo rojillo.

ENVIADOS ESPECIALES A KÖSSEN (AUSTRIA)

El calor ha sido la tónica habitual en los días anteriores a la llegada del Real Mallorca a Kössen. A última hora de ayer llovió, después de que en los últimos tres días no cayera ni una gota de agua y la temperatura rondase los 33 grados. En la zona son habituales las tormentas de verano que refrescan la atmósfera pero este año no se estaban produciendo. Por fin ayer se retomaba el guión normal y la lluvia volvía a aparecer.

El del calor no va a ser un contratiempo importante ya que Mario Gómez tiene previstos los entrenamientos del equipo para primera hora de la mañana y última hora de la tarde, aprovechando los momentos del día que mejor temperatura hace.

Kössen se ha volcado este año con el Real Mallorca. El buen papel que realizó el conjunto bermellón la pasada temporada -subcampeón de la Recopa y tercero en la Liga- no han pasado desapercibidos y en el campo de fútbol donde el conjunto mallorquinista realizará los entrenamientos se ha desplegado una gran pancarta que les da la bienvenida.

El césped de los campos se encuentra en perfectas condiciones y varios jardineros daban ayer los últimos retoques para dejar la hierba a la altura que pidió el delegado del equipo, Damián Amer.