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EFE-FRANCIA
Javier Pascual Llorente, corredor de Kelme, se llevó la peor parte de los españoles en la segunda etapa del Tour de Francia, con final en Saint Nazaire y que estuvo protagonizada por las continuas caídas que se produjeron a lo largo de toda la jornada y que aunque no tuvieron consecuencias, sí provocaron continuos sustor a los ciclistas.

El corredor español del equipo Kelme se cayó de la bicicleta hasta cuatro veces y llegó a la meta fuera de control. Afortunadamente, las lesiones sufridas por Llorente no fueron graves y le permitieron no abandonar. Al final de la etapa tuvo que pasar reconocimiento médico en hospital y según el «manager» del equipo, si todo va bien y se recupera de sus lesiones mañana podrá tomar la salida de la tercera etapa. Aunque mermado en sus fuerzas, las ganas y la voluntad del corredor de continuar pueden permitir a este continuar en la Grand Boucle.

Abraham Olano y su equipo, Once DB, fueron los grandes beneficiados de una jornada negra para el suizo Alex Zulle. Olano se dio cuenta tras el corte de la jornada que Zulle, Gotti y Boogerd se habían quedado atrás y con una gran labor del su equipo comenzó a abrir distancias sobre los tres principales rezagados del segundo grupo, lo que deja al español en situación de privilegio para asaltar en los próximos días el ansiado maillot amarillo del Tour, toda vez que los tres grandes perjudicados eran rivales de suma consideración.

Olano es cuarto en la clasificación general a 25 segundos del nuevo líder, el estonio Jaan Kirsipuu y en solo tres días de competición ha asentado su candidatura al primer puesto final en Paris.