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Birmingham ya no es lo que era. Las colas que se registraron los primeros días de venta de entradas desaparecieron por completo ayer, en la primera jornada que el Mallorca dedicó a repartir papel entre los no abonados. De las aproximadamente 4.800 localidades vendidas hasta la fecha sólo unas quinientas se retiraron ayer, una cifra que invita a la entidad a pensar que no será necesario pedir a la UEFA una segunda remesa de entradas. «La verdad es que la cosa ha bajado mucho. Estamos en torno a las cinco mil localidades vendidas y podemos darnos con un canto en los dientes si llegamos a las seis mil», aseguraba ayer a este periódico el jefe de taquillas, Pepe Calvo. El veterano empleado del Real Mallorca descartó que el descenso de la venta estuviera motivado por el hecho de que los abonados hubieran retirado ya las entradas más baratas. «Siguen quedando plazas de todos los precios, también de los más bajos. No creo que esté ahí la causa. Además, si la gente está dispuesta a pagar cincuenta o sesenta mil pesetas por un viaje a Inglaterra no creo que se echen atrás por tres o cuatro mil pesetas de diferencia». Según Calvo, si el Mallorca está arropado por seis mil aficionados en el Villa Park de Birmingham será todo un éxito. «Cuando la final de Mestalla se habló de que fueron quince mil mallorquinistas y eso no es cierto; al final viajaron unos doce mil. Así que si estuvieron doce mil en Valencia, la mitad de esa cifra en Inglaterra sería una buena proporción».