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Carolina Doménech coronó el pasado domingo algo más que la cima de Montjuïc. La colegiada mallorquina con mayor proyección del momento (la lista incluye a sus compañeros masculinos) viene de colocar una nueva pica en una trayectoria que apunta alto. Doménech, de 22 años, es la primera mujer que integra un equipo arbitral en Primera División. Consciente de que no está en esto para batir récords, la colegiada isleña asegura que no tiene prisa por conseguir un nuevo ascenso. «Ahora mi objetivo es seguir trabajando. No me planteo un cambio de categoría porque pienso que los resultados son la consecuencia de una preparación que se consigue día a día aunque reconozco que lo del domingo fue muy bonito. La Primera División es otro mundo y espero volver algún día, pero con calma».

La árbitro mallorquina, que recorrió por primera vez un campo de fútbol con un silbato al cuello a los dieciséis años, quiere ampliar miras y dar el salto a la internacionalidad. Sin embargo su edad se lo impide. «Parece que Villar y Sánchez Arminio van a tratar este tema en el futuro. Pero por el momento la normativa prohibe ser internacional si se tiene menos de 25 años». A diferencia de Ansuategui Roca, muy protestado durante todo el encuentro, la colegiada mallorquina tuvo una estancia plácida en Montjuïc.