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Es una Tercera en blanco y negro, porque el máximo escalón del balompié balear se ha convertido en un monólogo del Constància. Los dígitos han encumbrado al grupo de Nico López "dos partidos perdidos, 18 semanas sin mácula y 14 choques consecutivos con premio son algunos de sus números" y certifican el excelente estado de salud del fútbol de Es Raiguer. El conjunto de Inca destila carácter, una cualidad que su técnico imprime desde la banda. A la enorme calidad de una plantilla confeccionada para el designio pro-ascenso, se une un explotación máxima de los recursos. Resultado, un líder sin fisuras.

Después de malvivir deportivamente al otro lado de las montañas, la vida de Nico López ha sufrido un cambio de orientación: «cuando firmé por el Constància, lo hice con la intención de mejorar. Conseguí formar una gran plantilla y aposté por lograr el título y espero repetir la experiencia del ascenso», explica el preparador. Vive a pocos metros del Nou Camp y siente con intensidad todo lo que envuelve a su equipo; «el Constància es un equipo de otra categoría y con el objetivo de ascender. El presidente y la junta directiva están realizando un gran trabajo y los jugadores tienen unas ganas tremendas de subir. Tenemos buenos jugadores y mucha unidad en el vestuario, algo imprescindible para entender nuestra trayectoria en Liga», señala finalmente Nico López.