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JUAN LLADÓS (MONTECARLO)
Tommi Makinen (Mitsubishi Lancer), tres veces campeón del mundo de rallies, comenzó la temporada 1999 con un triunfo en el Rally de Montecarlo, que ayer concluyó en Mónaco tras disputarse la tercera y última jornada, en la que el piloto finlandés no asumió más riesgos de los estrictamente necesarios.

A pesar de la pugna que tuvo que mantener en determinados momentos con el francés Gilles Panizzi (Subaru Impreza), en un par de ocasiones líder de la general provisional, tras la disputa de la segunda jornada ayer, el piloto de Mitsubishi ya se había consolidado al frente de la tabla, por lo que esta tercera y última jornada, con casi dos minutos de ventaja sobre su más inmediato perseguidor, el objetivo era no cometer errores que le privaran de la victoria.

A ese conservadurismo inicial de Makinen se unió, para su tranquilidad, el abandono en el primer tramo de Panizzi, quien se encontró una placa de hielo poco después de la salida del undécimo tramo especial, que no tenía marcado en su libro de ruta, y la salida de pista se hizo inevitable. A gran velocidad, Panizzi volcó y se salió de la carretera, en donde el coche volvió a caer sobre las cuatro ruedas, pero el destrozo en la mecánica fue de la suficiente envergadura como para que el francés tuviese que decir adiós a la competición antes de llegar a las calles de Mónaco.

Fuera de carrera Panizzi, Tommi Makinen podía respirar algo más tranquilo.