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La policía detuvo a Ricardo Guerra Cuadrado, de 23 años, como presunto autor material de la muerte de Aitor Zabaleta, el aficionado de la Real apuñalado el pasado día 8 en Madrid, informaron fuentes policiales. Ricardo Guerra Cuadrado cumplía condena en régimen abierto por el apuñalamiento de otro joven en una discoteca del distrito madrileño de Chamberí, suceso ocurrido hace dos años, y llevaba cinco años en el Frente Atlético, además de haber pertenecido antes a otro grupo de carácter ultra llamado TNT.

Ricardo Guerra, que ha sido señalado como presunto autor material por tres de los detenidos, está conceptuado como un «cabeza rapada».
El presunto autor del apuñalamiento y el resto de los detenidos en esta operación policial, en la que no se descartan nuevos arrestos, están vinculados al grupo «ultra» Bastión, una escisión de Frente Atlético, según la Policía.

Núñez Morgades aseguró que tanto este detenido como otro de los sospechosos, conocido como Nacho «El Loco», quien fue el primero en ingresar en la cárcel de Soto del Real, cuentan con antecedentes policiales por hechos similares y su actividad está más próxima a la delincuencia común que a las bandas organizadas.

El presunto autor material del apuñalamiento fue detenido ayer tarde en las proximidades del centro penitenciario de Yeserías, donde cumplía condena en régimen abierto por otra agresión con arma blanca a una joven.

Aunque la Policía sospecha de su autoría, él no ha reconocido los hechos en su declaración inicial en dependencias policiales.

Gil Marín comprende a las peñas de la Real Sociedad
El director general del Atlético de Madrid, Miguel Angel Gil Marín, expresó su comprensión con la interpretación que las peñas de la Real Sociedad han dado a la muerte por apuñalamiento del aficionado Aitor Zabaleta, al señalar que «la gente de San Sebastián es más sensible al problema político. En Donosti la gente es más sensible al problema político que la de Madrid. Por este motivo, entiendo que esa gente pueda pensar eso», señaló Gil Marín, en alusión a la tesis que defendieron las peñas realistas, quienes afirmaron que Aitor Zabaleta fue asesinado «exclusivamente por ser vasco.