Tomàs Mulet, a la izquierda de la imagen, era el alma del Tomy Burguer.

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El automovilismo mallorquín ha perdido de manera súbita a uno de sus personajes más carismáticos. Tomàs Mulet, durante muchos años piloto y en adelante copiloto de manera esporádica junto a su hijo, Tomy, falleció el pasado sábado a los 64 años de edad, dejando un enorme vacío en el mundo de las cuatro ruedas, donde era muy conocido por su larga trayectoria en el mundo de las cuatro ruedas.

Su faceta como deportista dentro del calendario automovilístico se prolongó durante años, aunque también fue una persona muy popular al regentar durante muchos años el conocido Tomy Burguer, ubicado en la Playa de Palma, que en los últimos años ya dirigía su hijo, Tomy, a quien trasladó su amor por el automovilismo.

Las muestras de dolor se han sucedido al conocer la pérdida de Mulet, un rostro muy conocido y apreciado en los rallys y pruebas de motor en Mallorca por su carácter afable y cercano. A bordo de su Seat 1430, Tomàs Mulet fue un habitual y animador del motor isleño.