Ledesma y Fluxá posan con los amigos que les recibieron. | Pere Bota

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Con rostro de cansancio, pero emocionados por reencontrarse con los suyos tras casi un mes en Arabia Saudí, Sonia Ledesma y Lorenzo Fluxá regresaron este martes a Mallorca tras «cumplir un sueño» al completar su primera participación en el Dakar. En el caso de la copiloto de Dani Albero, con el añadido de ser la primera mujer balear que tomó parte en el exigente raid y acabar dentro del Top 30 (29ª), mientras que Fluxá, formando equipo con el copiloto Sergi Giralt, se instaló en el puesto 60.

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Sonia Ledesma y Lorenzo Fluxá muestran su medalla de 'finishers' del Dakar. Foto: Pere Bota

A Fluxá le recibieron sus cuatro hijos y su esposa, mientras que familiares y amigos de Sonia y su pareja, Fran, que le acompañó en su aventura en el Dakar, le brindaron una bienvenida «que no me esperaba», confesaba emocionada Ledesma, quien destacó de esta edición «su dureza. Nos ha llovido, hemos tenido frío, se metió agua en el coche, tuvimos un enlace difícil...», recordaba Sonia, quien confesó que hubo «un momento en el que pensaba que no acabábamos, aunque te das cuenta de que cosas que aquí parecen complicadas, allí no son nada y sales adelante».

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Los hijos de Lorenzo Fluxá, recibiendo a su padre. Foto: Pere Bota

Este Dakar ha unido para siempre las trayectorias de Sonia y Lorenzo, una compañía que la palmesana agradeció «porque pudimos compartir muchos momentos, anécdotas... Ha sido bonito tener a otro mallorquín» en un Dakar al que la pionera isleña tiene claro que «no le puedo pedir más, lo he vivido intensamente. Era una oportunidad única, un sueño. Incluso hicimos una mejor posición (29) de lo que esperábamos, pues íbamos sin mecánicos ni asistencia, pero al final supimos administrar nuestros recursos para poder cumplir el objetivo», aseguraba Sonia Ledesma, feliz por su logro deportivo y el recibimiento vivido.

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Sonia Ledesma y Lorenzo Fluxá, en la Terminal de Son Sant Joan. Foto: Pere Bota

Para Lorenzo Fluxá, la edición 2023 del Dakar queda definida como «muy dura», compartiendo momentos «delicados» relacionados con la lluvi, un vuelco como «cuando perdimos una rueda, la arreglamos como pudimos y acabamos el tramo... Allí sientes la importancia del trabajo en equipo y de saber solventar estas situaciones», rememoraba el conocido empresario.

«Es una competición diferente. Estás en un vivac, moviéndote de un lado para otro, conviviendo con todo el mundo... La gente es muy cercana, vive por y para el motor. Por ejemplo, Nasser (Al-Attiyah) se interesa por tu coche», asegura Fluxá, para quien este reto deportivo ha supuesto, además, «una superación personal. Aquí cada duna es diferente y no sabes cómo estará y lo que vendrá después. Cada momento puede haber algo que cambie todo...», asegura el padre de jóvenes pilotos como Lucas, Luna o Lorenzo Fluxá, presentes junto a su también hija y copiloto Lisabel y su esposa Lisa en Son Sant Joan.

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Ledesma y Fluxá (al fondo), abrazados a amigos y familiares. Foto: Pere Bota

Tras estrenarse en el Dakar, Lorenzo Fluxá y Sonia Ledesma sueñan con regresar a la prueba, aunque en el caso del segundo, el plan para por hacerlo, en principio, en 2025 y con su hija Lisabel como copiloto, para lo que participarán en el Campeonato de España de Raids para coger práctica y compenetrarse, además de hacerlo en pruebas del calendario balear, como han hecho en el pasado ejercicio. Ledesma tiene claro que «volvería cada año», pero tiene que hacer número y esperar el apoyo de instituciones (nulo en 2023) y patrocinadores para poder dar forma a una nueva aventura para la primera mujer balear que ha inscrito su nombre en el Rally Dakar en más de dos décadas de historia isleña en la gran prueba.

Admite que el Dakar le ha dejado «momentos en los que se te olvida todo», pero ya piensa en la próxima edición, en la que buscaría un vehículo «menos potente y más robusto, para conservar mecánica. Quitar potencia para ser más sólido», aventuraba Lorenzo Fluxá.