Augusto Fernandez en el podio del Gran Premio de Alemania de Moto2 en el circuito de Sachsenring. | Gold and Goose

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Pocos podían imaginar un desenlace así para Augusto Fernández cuando, tras Portimao, estaba a 59 puntos de Celestino Vietti. Un inicio para olvidar fue revertido a base de trabajo y fe, teniendo el Gran Premio de Alemania y el circuito de Sachsenring como punto de inflexión. Allí ganó el mallorquín para reducir una desventaja de 37 puntos y dejarla en apenas 12. Encadenó desde ese punto tres victorias (Alemania, Países Bajos y Gran Bretaña) para ponerse al frente del Mundial y realizar la criba definitiva, quedándose al frente junto al japonés Ai Ogura hasta el desenlace final de Cheste.

Enrolado en la estructura de referencia y defensora del título de Moto2, Augusto arrancó con una cuarta plaza en Catar. Le siguió un quinto puesto en Indonesia, en plena efervescencia de un Vietti incontestable. La brecha fue a más tras verse fuera de carrera en la primera vuelta en Argentina. Fernández estaba a 46 puntos del liderato, brecha que recortó a 39 tras se noveno en Austin y firmar una espectacular remontada en carrera.

Tocó fondo Augusto en Portimao, donde acumuló su segundo 'cero' de la temporada tras una caída múltiple. Caía al undécimo lugar de la general el balear, a 59 puntos de Vietti. Su cuartoo lugar en Jerez le permitió apenas recortar tres puntos sobre el líder, aunque la primera victoria de la temporada, en Le Mans, dio vida y alas a la Kalex número 37, que se quedaba a 39 puntos de Vietti. La progresión fue a más en Mugello, donde fue quinto para salir a 28 puntos de Vietti, con Ogura ya segundo.

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Llegaba el momento clave con un aperitivo en Montmeló, donde una tercera plaza le posicionaba, aunque todavía lejos de la cima (-37). Hasta que llegó Sachsenring. Ese 19 de junio que lo cambió todo. Ganó Augusto Fernández y esos 25 puntos le dejaron ya tercero, a cuatro puntos de Ogura y doce del líder, un Vietti acosado. Assen fue la estocada, pues el mallorquín encadenó su segunda victoria para empatar en lo más alto de la general con Vietti, ambos con 146 puntos, uno más que Ogura. Ardía el Mundial, pero Augusto lo reventó en Silverstone. 'Pole', victoria y liderato en solitario, con 13 puntos de renta sobre el japonés, con quien iba a dirimir la corona, toda vez que Vietti estaba descartado.

Ogura aprovechó el quinto puesto de Augusto en Austria para ponerse líder por la mínima, pero en Misano recupero el mando el balear, aunque con márgenes estrechos (+4 con Ogura).Tercero en Aragón, amplió a siete puntos su renta antes de la gira asiática, en la que su rival iba a plantear batalla. Ganó Ogura en su casa (Motegi), pero Augusto fue segundo y retuvo el liderato por dos puntos (234-232), al igual que en la lluviosa carrera de Tailandia, disputada a medias y que dejó a Augusto con 1'5 puntos de ventaja sobre su oponente (238'5 por 237 de Ai).

El gran susto llegó en Phillip Island. Su caída a diez vueltas del final tras salir delante en parrilla concedió el liderato a Ogura, que salía de Australia con 3'5 puntos de margen. Muy estrecho con Malasia en el horizonte. Y cuando peor se ponían las cosas, con el nipón peleando por la victoria y Augusto por no ceder más puntos, Ogura se caía en el giro final. Un 'cero' letal, que sumado al cuarto puesto (y 13 puntos) de Augusto abría un hueco para la esperanza a falta de la traca final de Valencia: 9'5 puntos a favor del balear (251'5 por 242).

Una renta que defendió Augusto en Cheste, donde pese a los apuros iniciales y la ofensiva de Ai Ogura dede el mismísimo semáforo verde, la caída del japonés en la séptima vuelta de la carrera despejó todos los interrogantes y permitió al de Sencelles disfrutar, sin tensión pero con ganas de hacerlo bien, de su momento. Del día en que se convirtió en campeón del mundo de Moto2.