El piloto mallorquín Izan Guevara posa durante el encuentro con este diario. | Pere Bota

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Se ha destapado como un animador de los Grandes Premios, un piloto que engancha y que quiere hacer historia en el mundo del motociclismo. Ya puede presumir de ser campeón del mundo, júnior y de Moto3, pero quiere más y derrocha ambición, ilusión y ganas ante la que será su segunda temporada en la élite y arropado por la estructura de Jorge Martínez ‘Aspar’. Izan Guevara Bonnín (Palma, 2004) apunta algo y no se pone límites después de firmar como ‘rookie’ su primera victoria en el Mundial. Una de las más curiosas que se recuerdan, pero triunfo a fin de cuentas. Ahora, toca soñar a lo grande.

Para empezar, ¿qué nota le pone a su temporada 2021?
—Pues creo que un siete o un ocho. Ha sido un buen año de ‘rookie’, pues hemos conseguido los objetivos que me planteé a principio de temporada, que era ser Top 10 de la general, y hemos sido octavos; y conseguir un podio o una victoria y ganamos en Austin. Pienso que hemos cumplido las metas que nos planteamos. Lo dejaremos en un ocho, notable alto (risas).

¿Es tan vertiginoso como puede parecer el salto al Campeonato del Mundo de Moto3?
—Al principio pensaba que me iba a costar mucho, pues hay muchas marcas y equipos potentes. Tuve la suerte de subir con un equipo como el de Jorge Martínez ‘Aspar’, que es de los mejores y con más experiencia del Mundial y en nuestra parrilla, y la verdad es que me he sentido bien. Incluso esperaba algo menos de mí, pero desde el parón del verano, en Austria empezamos a ir rápidos y hasta Valencia hemos estado casi siempre delante, que es lo que cuenta.

Recordaba antes que había ganado un Gran Premio. Pero menuda victoria...
—Creo que es la única vez que alguien ha ganado una carrera sentado en una silla (risas). Fue una locura... La carrera de Austin la empecé liderando hasta una bandera roja por caída. Ahí, volvimos a salir, yo lo hice con el neumático delantero nuevo y el trasero ya usado e hice una buena salida. Me puse primero, me escapé... Hasta que se rompió el amortiguador trasero. Ahí se acabó para mí la carrera, o eso pensaba. Volví muy enfadado al box, ya lo visteis por la televisión. Me sentía impotente, pues había liderado la carrera casi siempre y no tuve suerte. Llegué frustrado al box, me calmaron... Y unos minutos después, resulta que he ganado. Fue un alegrón, y algo que recordaré, por lo que supuso, pero también por todo lo que pasó aquellos minutos.

¿Es consciente de que en 2022 se le van a exigir resultados y estar ya delante regularmente?
—Ya no tendré la excusa de que es mi primera temporada, de que soy debutante... Ese argumento nos ha durado diecinueve carreras. Ahora me tocará dar el máximo desde el inicio. Quiero empezar bien en Catar, pues soy un piloto que, si arranco bien, voy acumulando sensaciones sobre la moto y en la pista. Lo importante será ser constantes, hacer una buena pretemporada para llegar a punto y salir al máximo en cada sesión y en cada Gran Premio. Y puntuar, que es lo que nos permitirá estar o no arriba.

¿Se puede luchar por el título?
—Es un objetivo que me planteo para 2022. Esto es un campeonato de regularidad, lo importante es sumar. Para ir a por un título, hay que ser constante, mantener la cabeza fría en algunos momentos, no anteponerte a ciertas situaciones en carrera. Pero lo más importante, es ser regular y puntuar, aunque sean en ocasiones pocos puntos. Hay veces que tocará pensar más en los puntos que en un podio o una victoria. Yo quiero ser campeón, imagino que como todos los demás. Y para ello vamos a trabajar, aunque el camino no va a ser fácil.

¿A qué rivales habrá que tener en cuenta dentro de la parrilla?
—Este año subimos bastantes ‘rookies’, pero la próxima temporada lo harán once, nada menos. Habrá mucho joven y debutante en la parrilla y, con opciones al título, el Team Aspar, con Sergio (García) y yo, tenemos opciones. También habrá que tener en cuenta a Jaume Masiá, formado en la categoría y con experiencia, o a Öncü, que está fuerte, pero debe tranquilizarse un poco. En los Tests IRTA se verá un poco cómo va la cosa. El año pasado, parecía que era el de Masiá y llegó Pedro Acosta y se lo ha llevado.

¿Qué mensaje le ha hecho llegar ‘Aspar’ tras esta primera experiencia en el Mundial?
—Siempre me ha transmitido tranquilidad y confianza. Eso se agradece. Y esa forma de actuar es la que me ha hecho competir mejor y correr más tras el verano. Además, mis mecánicos han estado muy encima, preocupados por mí y la moto. Hemos trabajado mucho, pues al principio nos costaba hacer los settings, pero con el paso de las carreras hemos llegado a hacer buenas puestas a punto y eso se ha reflejado en la pista.

Ha sido un año histórico, con cuatro pilotos mallorquines y en cada una de las cilindradas. ¿Tienen relación?
—Nos saludamos cuando nos vemos, aunque en el caso de MotoGP, es otro ‘paddock’ dentro del mismo y muchas veces no es fácil coincidir. La verdad es que es un dato importante y que deja claro que se han hecho las cosas bien formando a pilotos. Formar parte de este grupo es algo que quedará para la historia.

Es la muestra de que se puede llegar, pese a no tener una gran instalación de motor.
—La verdad es que sí. No tenemos muchos espacios para entrenar, especialmente en velocidad. Yo entreno en Llucmajor (Circuit Mallorca). De tierra hay algunos y te puedes mover más, pero es lo que hay y tenemos que adaptarnos a las circunstancias.

Durante este año se ha hablado mucho sobre la seguridad en las carreras y los pilotos. Incluso hemos tenido algún susto grande. ¿Qué cree que se debe hacer para minimizar en lo posible los riesgos en la pista?
—Realmente, es un tema complicado, pues hay muchos factores que influyen. Ahora se ha modificado la normativa en lo relativo a la edad de acceso al Mundial y ya veremos si sirve. Por otra parte, creo que se debe tener en cuenta el peligro de las carreras sprint, que son peligrosas por ser más cortas e ir la gente con más ganas o ansiedad, como pasó en Austin. Hacerlas más largas para evitar esas prisas y reducir los riesgos por la propia tensión que generan las carreras en sí. Pero lo importante es la seguridad de todos los que estamos en el Mundial, tanto los pilotos como los que no están en pista, pues al final es un evento deportivo en el que la gente va a divertirse, y nosotros queremos hacerlo sobre la moto y que el público lo pase bien. Hay que hacer todo lo que se pueda para que sean carreras lo más seguras posibles. Y en ello se trabaja.

Entiendo que su sueño es, además de ser campeón del mundo, llegar a correr algún día con los grandes en MotoGP...
—Es mi objetivo desde pequeño, no lo puedo negar. Ahora, cada vez estamos más cerca. Hemos llegado al Mundial, corremos en Moto3 y hemos dado un paso muy importante. Pero nos quedan unos cuantos peldaños por subir todavía. Vamos a ver cómo va este año y, en función de ello, veremos qué se hace en 2023, pensando si se da el salto a Moto2 o seguimos otra temporada en Moto3. Pero paso a paso. Depende de cómo se desarrolle este año, se tomará un rumbo u otro. Hombre, si eres campeón del mundo, lo normal es subir a Moto2, pero lo que pase en los meses que se nos vienen encima nos dirán dónde estaremos y a qué podemos o no aspirar a corto o medio plazo. Conviene plantearse objetivos a corto y medio plazo para manejar mejor la presión.

Usted ha sido el último balear en llegar de una ya larga lista de pilotos que han conseguido correr en el Mundial. Tras Izan Guevara, ¿hay relevo generacional?
—Claro que sí. Yo entreno con la gente de la Federación Balear, con Miguel Ángel Poyatos y su hijo, y además estoy en el Centre de Tecnificació del Govern, con Ángel Poyatos y Joan Pau Segura. Y hay cantera, viene gente apretando por detrás. Vemos a gente como Marco Tapia, Fer (Bujosa) y muchos más que tienen juventud y ganas de hacer algo importante. Y ejemplos como el mío o mis compañeros, son la muestra de que se puede conseguir, de que con mucho trabajo y ganas, se puede alcanzar este sueño. El que más cerca está del Mundial es Marco Tapia, que corre el FIM CEV Repsol de Moto3, que corrí y gané en 2020, y la verdad es que tenemos gente que desde minimotos muestra buenas maneras. Podemos ser optimistas. Yo, al menos, lo soy en este aspecto y estoy convencido de que subirán más.

¿Qué le pide a 2022?
—Lo primero, salud para todos. Ahora mismo, es lo prioritario. Y que mejore la situación y podamos salir de esta pandemia lo antes posible. Por lo demás, que las lesiones me respeten y poder dar el máximo en cada entrenamiento y cada carrera. Así, seguro que llegarán buenos resultados en el próximo Mundial.

El apunte

El niño que iba para futbolista

Aunque hoy en día es una estrella del motociclismo, la carrera de Izan Guevara podía haber acabado en el mundo del fútbol, donde podía haber seguido los pasos de su hermano. Pero a él le gustaban las motos y tenía clara cuál era su verdadera pasión. Sus buenos resultados desde pequeño y la dedicación y paciencia de sus padres hizo el resto para que fuera progresando desde las escuelas de formación hasta coronarse campeón del mundo júnior de Moto3. Su plataforma de lanzamiento hacia la élite, de la mano de Jorge Martínez ‘Aspar’.