Jorge Lorenzo, el día en que se despidió de la competición tras finalizar la carrera en el circuito 'Ricardo Tormo' de Cheste. | Efe

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El mallorquín Jorge Lorenzo decidió retirarse de la competición activa un día como el de hoy del año pasado, era el Gran Premio de la Comunidad Valenciana y la sala de prensa del circuito «Ricardo Tormo» de Cheste mostraba un lleno hasta la bandera como pocas veces se había visto.

Sólo se había visto tan llena para celebrar las ceremonias de premiación o proclamación de los campeones del mundo, que allí, por ser la última carrera del calendario, las hay y muchas.

Pero en esa ocasión casi todos los presentes sabían que la noticia era otra, en el ambiente se mascaba el anuncio de la retirada del quíntuple campeón mundial Jorge Lorenzo, dos veces campeón del mundo de los 250 c.c. y tres de MotoGP.

Lorenzo fue el primer español en ser campeón en la nueva categoría de los motores de cuatro tiempos (MotoGP), pues antes, en 1999, Alex Crivillé se había arrogado ese derecho en la conocida como la categoría reina del motociclismo mundial, por entonces los 500 c.c.

Todo el mundo sabía que lo que allí se iba a anunciar, con Jorge Lorenzo como protagonista, no era ni más ni menos que su retirada de la competición, una retirada que casi se podría calificar de necesaria después del sufrimiento evidenciado en pista por el piloto de Palma, y más cuando todos los «asientos» en motos oficiales para la siguiente temporada estaban adjudicados al final de ese 2019.

No hubo la misma suerte del año anterior, 2018, cuando en Mugello su anterior fábrica, la italiana Ducati, con sede en la localidad de Borgo Panigale, decidió prescindir de sus servicios justo el mismo fin de semana en el que empezó a ganar con la Desmosedici, pero entonces el equipo Repsol Honda había decidido también no contar con los servicios de Dani Pedrosa y, a pesar de los muchos «novios», esa moto acabó siendo para el de Palma de Mallorca.

El fichaje generó una respuesta mediática inusitada, pero Jorge Lorenzo no supo hacerse con la moto y ello unido a una serie de caídas y muchas pruebas fallidas, mermaron la confianza del quíntuple campeón mundial, que poco a poco fue «hundiéndose» en su escaso rendimiento y de ahí a la retirada apenas hubo un paso.

Y son muchos los que piensan, incluido el que suscribe estas líneas, que la retirada de Jorge Lorenzo fue precipitada, pero también que una vez abandonó la competición, quizás pensando en tomarse un «año sabático», como acaba de anunciar el italiano Andrea Dovizioso, el balear se acostumbró rápido a su nueva vida.

Todo ello unido a la pandemia mundial por el coronavirus supusieron el «golpe definitivo» a sus ambiciones de regresar a no mucho tardar a la competición pues consiguió la confianza de Yamaha, su primera marca en MotoGP para ser su piloto probador, además de participar como «wild card» (piloto invitado), en el Gran Premio de Cataluña, pero el confinamiento y las múltiples cancelaciones en el calendario del campeonato del mundo lo cambiaron todo.

La organización del mundial decidió que en 2020 no iba a haber «wild card» en ningún gran premio y eso, probablemente, desanimó por completo a un Jorge Lorenzo que prácticamente no se volvió a subir a su Yamaha YZR M 1 y cuando lo hizo evidenció encontrarse en muy bajo nivel de forma, algo que a los ingenieros de Iwata no les servía para nada a la hora de evolucionar una moto que en la actual temporada no ha dejado de darles problemas.

Esa situación llevó a Yamaha, hace apenas unos días, a prescindir de los «servicios» de Jorge Lorenzo para fichar al británico Cal Cruthclow, que se quedaba sin montura para el próximo año, por lo que al de Palma de Mallorca, si quiere seguir vinculado al mundial de motociclismo apenas le queda la «opción» de aceptar la propuesta del fabricante italiano Aprilia para ser su piloto probador.

Al parecer han existido conversaciones entre las partes y la sanción por cuatro años del Tribunal de Arbitraje del Deporte (TAS) al italiano Andrea Iannone, obliga a Aprilia a dar un paso determinante hacia adelante para no quedarse descolgada de la «pelea tecnológica» con el resto de fabricantes, todos ellos por delante en prestaciones y resultados.

El bagaje deportivo de Jorge Lorenzo ha sido y es uno de los mejores del motociclismo español, con cinco títulos mundiales (250 c.c. en 2006 y 2007; y tres en MotoGP en 2010, 2012 y 2015), con nada menos que 152 podios, de los que 68 fueron victorias, 51 segundos puestos y 33 terceras posiciones.