El motociclista español Jorge Lorenzo, del equipo Fiat Yamaha, conduce su moto durante la sesión de entrenamiento en el circuito internacional de Sepang. | Efe

TW
0

El deporte balear -y en consecuencia el español- aguardan un domingo de gloria. A miles de kilómetros de su Mallorca natal, Jorge Lorenzo Guerrero está a un paso de entrar en los anales, si no lo ha hecho ya. De redactar la que será una de las páginas más brillantes que el motociclismo español recuerda en muchos años. Sólo hay un precedente, fue en el ya lejano 1999, de la mano de Àlex Crivillé y en los por entonces 500 centímetros cúbicos. Ahora, el título de campeón del mundo de MotoGP parece tener destinatario.

Lorenzo afronta su primer 'match ball'. Ausente Dani Pedrosa, el único capaz de soportar su ritmo y de impedirle inscribir su nombre en la 'Torre de los Campeones', a Jorge se le presenta un Gran Premio de Malasia de MotoGP (10:00, hora española, La 1) en el que las combinaciones le sonríen. Salvo una caída, abandono o desgracia de entidad, el palmesano desprende aroma a campeón y sólo le separan de su mayor conquista, del tercer título de su vida, 20 giros al circuito de Sepang, o lo que es lo mismo, 110'960 kilómetros.

El colchón con el que aterriza en Malasia (69 puntos) le permite numerosas licencias. La más importante, la que le vale para ser campeón, son siete puntos. Sumando esa cantidad, es decir, siendo noveno en carrera, lo tiene hecho. Y pinta bien la cosa, pues desde Brno 2008 -donde fue décimo-, salvo caída, no sabe lo que es bajar de esa posición. En el peor de los casos (caída, abandono...), si no llegan los puntos necesarios, le quedarían tres mangas para sentenciar, pero todo lo que sea sumar, aunque sea por debajo de los siete puntos, dejaría en jaque a Pedrosa y todo se resolvería en una semana en Phillip Island.

Con 23 años y 155 días, Jorge Lorenzo tiene ante sí los tres cuartos de hora más trascendentales de su existencia, los que le harán entrar de manera definitiva en el olimpo y ser el sexto piloto más joven en alcanzar esta gesta impensable tiempo atrás para nuestro motociclismo. Para ello, no escatimará medios. El primero, el nuevo motor -el sexto del curso- que puso a rodar ayer y con el que recuperó buena parte de sus mejores sensaciones.

Tanto, que se adueñó de la 'pole' en el circuito en el que logró su primer mejor crono en unos oficiales, allá por 2003. Con la batería cargada y dispuesto a reivindicarse, el titular de la moto número 99 vio como la climatología volvía a respetarle. Las previsiones de lluvia se convirtieron en calor y humedad. Nada nuevo en Malasia.

Unas condiciones en las que Jorge se mueve con soltura. Más, sabiendo que la presión que cae sobre él no es más que la de una cuenta atrás para paladear la gloria. Una hora por delante y tiempo suficiente para adquirir el tacto de la M1 permitieron a Lorenzo soltarse. De tal manera que, pese al arreón inicial de Stoner, el balear marcó su terreno cuando empezó a sentirse suelto, como le gusta (2:02.819). Quedaban tiempo y margen de mejora. Y entonces apareció Valentino (2:02.619), en el único fogonazo de clase que mostró a lo largo de la serie de entrenamientos oficiales. Traspasado el primer cuarto de hora, la tanda se convirtió en un intercambio de golpes entre Stoner, Rossi y Dovizioso, con Simoncelli de extraño invitado y con Jorge contemplando la batalla desde un cómodo quinto lugar.

'Susto' de Rossi

Hasta que optó por volver a probarse y encadenar una cascada de giros en 'dos bajos' que le devolvieron a lo más alto. Y para quedarse por mucho tiempo (2:02.153). En plena crisis de Valentino, pese a que los diez primeros rodaban en el mismo segundo, Dovizioso ponía el toque de emoción a la par que 'Il Dottore' daba el susto, colocándose a apenas 17 milésimas de Jorge.

Era un festival de Yamaha. Lorenzo, Rossi, Edwards y Spies dominaban la serie entrados en el último cuarto de hora, momento en el que el futuro compañero del mallorquín reclamaba su cuota de protagonismo ('pole' provisional, 2:01.993) y Valentino iniciaba el declive. Jorge seguía creciéndose (2:01.774), pero esta vez un sorprendente Hayden volvía a aparecer en escena para instalarse en la plaza más codiciada (2:01.637) y apartar a Dovizioso de su camino, perfilando la primera línea de una parrilla que volvía a tener al frente al isleño tras un largo vacío que nos remitía a Laguna Seca.

Mientras Stoner (5º, 2:02.023) y Valentino Rossi (6º, 2:02.030) entregaban las armas, la llegada del último minuto supuso un nuevo mazado por parte del 'martillo' Lorenzo, que mermaba más todavía la moral de sus rivales de turno (2:01.537) y se hacía con la sexta 'pole' del año, la número 41 de su carrera, la que le deja a una de igualar la marca del, por el momento, mejor 'poleman' nacional, 'Aspar' (42). Pero por encima de todo, la que confirma que Lorenzo no se conforma con cumplir con el expediente y promete emociones fuertes en un Sepang que cada vez lleva más dentro de su corazón. Y que hoy le hará vivir el día más especial de su vida.