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Es uno de los grandes futbolista mallorquines que tiene el honor de haber estado presente en las tres finales de la Copa del Rey que ha disputado el conjunto bermellón hasta el momento. Francisco Soler Atienza (Palma, 1970), ha sido jugador del Mallorca prácticamente toda su vida deportiva. Desde que ingresó en el club balear en 1989 hasta su salida en 2003, el eterno capitán vio y vivió de todo como futbolista bermellón y entre muchas experiencias, disputó la final en el Bernabéu contra el Atlético en 1991 jugando todo el partido y la prórroga. En Mestalla en 1998 entró en el minuto 71 y disputó lo que restaba de partido y la prórroga mientras que en Elche no pudo participar, pero Nadal le permitió subir al palco para recoger juntos el tan deseado trofeo. El eterno capitán rememora con Ultima Hora los momentos inolvidables que pudo vivir en primera persona en las tres finales disputadas por el equipo rojillo. Una experiencia de vida y todo un privilegio.

Bernabéu 1991
Atlético de Madrid 1
Real Mallorca 0

¿Qué recuerda de esa primera final?
Tenía 21 años y no creo que se dé una generación como aquella. Había jugadores como Pedro Del Campo, Marcos, Esteban, Fernando Marcos, Magín, podría nombrar a quince jugadores que hubieran podido llegar y contábamos con un carácter diferente, éramos muy maduros por la edad que teníamos y eran otros tiempos. La suerte que tuvimos fue contar con el apoyo de los veteranos, Parra, Claudio Barragán, Ángel Pedraza, Álvaro, Calderón, Marina, Serer... Todos. Era un grupo humano muy bueno y propició que nuestra llegada fuera plácida y que nos pudiéramos acoplar muy bien. Disfrutábamos de cada partido porque no sabíamos si la temporada que viene estaríamos en el filial o en el primer equipo o fuera del club. Por suerte nos fue bien.

¿No le temblaban las piernas siento tan joven y en ese escenario?
No me temblaban las piernas, aunque no fue mi mejor partido, eso sí que lo puedo decir. Al empezar el encuentro es lo que deseas, jugar este tipo de partidos, luchar por un título y hacerlo en un estadio lleno como el Bernabéu y ante un gran equipo. Era el sueño de cualquier futbolista. El ambiente no me influyó ni me sentí condicionado.

¿Durmió bien la noche antes del partido?
Muy bien, por eso nunca he sufrido y en este partido tampoco

¿Manejó bien la ansiedad?
Cada uno se prepara de su manera, técnicamente en función del rival, de lo que tú puedes hacer y improvisando y haciendo todo lo que puedes. El partido fue muy competido y ninguno de los dos equipos tuvo muchas ocasiones. Creo que si hubiéramos llegado a la final tal vez habríamos ganado.

¿Y de jugar en campo neutral y no en la ciudad de uno de los participantes?
Les habíamos ganado en los dos partidos, cero a uno allí en el Calderón cuando debuté en Primera y aquí también ganamos dos a uno. Éramos un equipo incómodo, era difícil que nos marcaran goles y a lo mejor si hubiéramos podido desplazar más gente nuestra por ejemplo a Valencia no sabes qué hubiera podido pasar. Desplazarse a Madrid la verdad es que fue muy difícil para los nuestros.

¿Recuerda la charla final de Serra Ferrer antes del partido?
Recuerdo que no había pizarras magnéticas. Las charlas de Llorenç las hacía con monedas de cien pesetas de ese tiempo, siempre con la cara hacia arriba, una pequeña superstición, ‘cuando él esté allí tú vas aquí’, así lo hacía, sobre una mesa sin más. Fue un planteamiento similar al del partido de Liga, yo tenía que hacer un hombre a hombre con Schuster y cuando tuviera el balón intentar llegar arriba.

¿Sufrieron sus padres?
Imagínate. Verme ahí con esa edad. Ahora me acuerdo de unas palabras que le dije a Perico del Campo antes del salir al campo, le comenté, hay que jugar con gallardía, cosa así, para tratar de rebajar tensión. Lo que añoras es ese origen del fútbol de la calle, que cuando eras joven y te daban los más viejos, pues espabila y sé mejor. Es carácter lo llevábamos de serie.

Mestalla 1998
Barcelona 1 – Mallorca 1

Hablemos de la final del 98. Ahí todos iban más rodados.
Era complicada, pero con el tiempo ves cosas que no eran normales y que tal vez no se percibían en ese momento. No era normal que nos expulsaran a dos jugadores y tuvimos el acierto de aguantar casi una hora con dos jugadores menos y con Stankovic lesionado, prácticamente cojo. Con dos líneas de cuatro sostuvimos el partido y en el último momento Amato tiene una oportunidad para hacer el uno a dos. Y si me dice ahora si nos volvemos a jugar todo o nada un lanzamiento de penalti de Stankovic, me la vuelvo a jugar. Ese día tenía que pasar eso y pasó.

¿Fue difícil asimilar esa derrota?
Mucho y con el paso de los días creo que todavía más. Y sobre todo cuando vimos el aeropuerto lleno de gente que vino a animarnos y en cierta manera a consolarnos. Fue muy duro porque lo tuvimos cerca y el enorme esfuerzo que hizo el equipo no tuvo la recompensa que merecía. Esa gente que viajó y la que se quedó aquí merecía el trofeo, pero el fútbol en esa ocasión fue injusta con el gran esfuerzo que llevo a cabo el equipo.

Martínez Valero 2003
Mallorca 3 - Recreativo 0

¿Y de la de Elche?
El equipo era magnífico, había una gran plantilla y con un sistema muy definido y con futbolistas de un talento y una calidad enorme. Como digo en esa final nos veíamos ganadores. No dábamos nada por sentado, había que lucharla y lo hicimos, pero la corriente era muy positiva y el equipo tenía una enorme confianza en sus posibilidades. Y no falló consiguiendo el trofeo que tanto merecía la afición después de tantos años.

ELCHE. FUTBOL. FINAL DE LA COPA DEL REY ENTRE EL REAL MALLORCA Y EL RECREATIVO DE HUELVA, (3-0).
Imagen de Soler y Nadal levantando el trofeo en Elche.
CHICHI SOLER CON LA CAMISETA DE LA FINAL DE COPA DEL REY QUE REGALA ULTIMA HORA.
Chichi Soler posa con la camiseta conmemorativa de la final de 2003 disputada en Elche.

Después de vivirlo todo en el Mallorca y con la experiencia que tiene, ¿sueña con poder volver al club al que usted tanto le dio?
Me encantaría, pero no de entrenador, me gustaría más estar vinculado a la parte social o a la parte de relaciones institucionales. O incluso en la cantera, pero de entrenador no me veo. En el club hacen las cosas muy bien y yo además tengo unos compromisos profesionales que tengo que atender. La entidad evoluciona muy bien, está estabilizado, hay un gran estadio y las cosas se hacen bien. Lleva varios años seguidos en Primera y eso es vital.