Imagen de Nico López captada en el banquillo del Llosetense, su actual club. | Pilar Pellicer

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Cuando el balón empiece a rodar este sábado en el partido entre el Alcúdia y el Llosetense, el técnico del equipo visitante, el incombustible Nico López Vidal, cumplirá su partido número 900 en los banquillos entre Tercera y Segunda División B. Esa cifra la supera el técnico con creces si se contabilizan los encuentros dirigidos en categorías base y otras competiciones, pero si ‘solo’ se enumeran los encuentros dirigidos en estas dos categorías en la Liga, esto ya le convierte en uno de los entrenadores más logevos de España y sin duda de las Illes Balears. Desgranar estos 900 partidos no resulta tarea fácil: Son 75 con el Sóller; 228 con el Poblense; 209 en el Constància; 99 con el Montuïri; 38 dirigiendo al Atlètic Baleares y 250 al Llosetense. Este sábado cumplirá los 900 en total y los 300 con su actual equipo entre Segunda B y Tercera.

Con 58 años es todo un clásico del fútbol balear y un referente para muchos entrenadores. Repasar su larga trayectoria es repasar la historia del fútbol y su evolución durante estas últimas tres décadas.
Nico siempre ha sido un hombre de fútbol y a ello ha dedicado toda su vida, primero como jugador y desde 1990 como primer entrenador. El técnico asomó por los banquillos como entrenador principal ese año con apenas 25 en su DNI, después de haber sido segundo de Tolo Vich en aquel Mallorca Atlético de los Samper, Chichi Soler o Vidal. Fue una apuesta en su día de Xisco Serra y a partir de ahí se forjó un nombre, aunque desconocía que iba camino de leyenda.

A partir de entrenar al Poblense, el preparador fue poco a poco encadenando temporadas y equipos en su historial. De esta forma dirigió al Sóller (90-92), Poblense (92-96), Sóller (96-98), Constancia (98-01), Atlético Baleares (02-03), Montuïri (03-06), Poblense (07-09), Constancia (09-12) y Llosetense. Hoy cumplirá novecientos partidos, con sus miles de entrenamientos, cientos y cientos de jugadores, abrazos, alegrías, cabreos, alguna discusión con los árbitros y relaciones con presidentes, mayoritariamente buenas, pero en ocasiones algo volcánicas, como toca a uno hombre de su personalidad y carácter dentro y fuera del campo.

Un vistazo al pasado siempre es un ejercicio agradable cuando uno habla con un técnico de la veteranía de Nico. «El mejor presidente que he tuve fue Xisco Serra del Poblense. Fue todo un referente para mí». Y es que el Municipal de sa Pobla juntó a un presidente que dejó huella con un entrenador que hacía crecer a los equipos que entrenaba. Desde ese 1990 hasta ahora han pasado 33 años, más de trés décadas. Quien más ha pagado sus ausencias ha sido su familia. Y de ellos se acuerda Nico López.

«Mi familia me ha ayudado mucho, sobre todo mi mujer y mis hijos, con los que he dejado de pasar infinidad de tiempo debido al fútbol. A ellos les agradezco todo porque me han dejado hacer lo que más me gusta. Ahora, visto con perspectiva, me lo pensaría dos veces, pero ya está hecho», declaraba el entrenador.

Tantos años dan para muchas alegrías, también para alguna decepción. De los buenos momentos Nico recuerda especialmente este: «Ser campeón con el Constància en dos ocasiones fue algo inolvidable; el ascenso con el Sóller, también con el Constància, aunque no pude saborearlo después. Ese gran año con el Baleares también fue inolvidable», recordaba Nico López.

Su trayectoria ha sido impecable y pese a tener oportunidades de dar el salto a un equipo profesional fuera de la Isla, él está muy satisfecho con lo que ha conseguido aquí. «No me puedo quejar. Me hubiese gustado ser profesional, pero he dado mucha importancia también a estar aquí con mi familia. Mi hijo Nico está conmigo en Lloseta; Esperanza, que lleva muchos años aguantándome sin olvidar a mi padre, mi madre y mi hermana que han estado conmigo siempre», recuerda emocionado el entrenador.

En el horizonte está la frontera de los mil partidos. ¿Cubrirá esa meta? «No creo que llegue en Tercera. Todavía me quedarán cien», recordaba. «Lo cierto e sque entre juveniles, copas, liguillas...si lo contabilizamos todo llevo unos 1.380 partidos que ya son muchos». Hoy es un día importante para él, para su familia y para el Llosetense. Nico marcará una muesca más en su libreta.