Fotografía de archivo perteneciente al 22/09/2022. Luis Rubiales, hasta ahora presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) y suspendido durante 90 días por la FIFA, ha anunciado este domingo que renuncia a su cargo. | JUAN CARLOS HIDALGO

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Luis Rubiales deja atrás cinco años al frente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) tras empañar el mayor logro de la historia de la selección femenina y después de un serial de escándalos y polémicas que han salpicado sus cinco años de gestión. Desde la controvertida destitución de Julen Lopetegui en la víspera del Mundial de Rusia 2018 hasta el beso a Jenni Hermoso y los gestos durante la celebración del Mundial en Australia, el exjugador del Real Mallorca y el Levante, entre otros, ha protagonizado una serie de episodios que no alteraron su posición en el órgano de poder del fútbol español.

El 17 de mayo de 2018 Rubiales, que había sido presidente de la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE) durante siete años, ofrece una nueva Federación, en medio de la tormenta que supuso la operación 'Soule' y la presunta mala gestión de su anterior directiva, tras 29 años de mandato de Ángel Villar. Profesionalización, crecimiento económico y transparencia estaban subrayadas en su tarjeta de presentación. La Asamblea le respaldó con 80 votos frente a los 56 logrados por Juan Luis Larrea y el 21 de septiembre de 2020 volvió a hacerlo sin oposición, ya que Iker Casillas renunció a presentarse. Abría su segundo mandato con un total de 95 votos a favor y 10 abstenciones hasta 2024.

Su primera decisión controvertida fue la destitución de Julen Lopetegui a pocas horas del debut de la selección española de fútbol en el Mundial de Rusia tras confirmarse el fichaje del técnico por el Real Madrid. En la parcela deportiva también tendría que hacer frente a situaciones como la salida provisional de Luis Enrique al frente de la selección y el conflicto del preparador asturiano con Gerard Moreno, pero, sobre todo, se mostró inflexible e implacable cuando 15 integrantes del combinado nacional femenino exigieron cambios en el equipo empezando por el entrenador Jorge Vilda.

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Constantemente enfrentado con el presidente de LaLiga, Javier Tebas, Luis Rubiales ha salido adelante de situaciones controvertidas como las comisiones que están en manos de la Justicia con motivo de la organización de la Supercopa de España en Arabia Saudí tras sus negociaciones con Gerard Piqué, con el que mantuvo una serie de conversaciones que también pusieron en tela de juicio su parcialidad.

Otras conversaciones, en esta ocasión, con miembros del Gobierno también podrían haber hecho que saltara por los aires. Y es que entre junio de 2018 y enero de 2020 habría usado la cámara de un móvil para grabar al ministro de Cultura y Deporte, José Guirao, pero tampoco fue el espionaje de Luis Rubiales al que había sido su amigo David Aganzo, presidente de la AFE.

Su tío y el que fue su jefe de gabinete en la RFEF, Juan Rubiales, desveló también una fiesta en el chalet de Salobreña que supuestamente habría sido costeada por el organismo cuando se definió como «jornadas de trabajo». Su familiar, con el que mantuvo un conflicto por su despido, aseguró de que iban reclutando mujeres jóvenes de discotecas y que allí se montó una orgía. Tampoco fue el único viaje con cargo a la Federación que estuvo bajo sospecha, ya que El Confidencial informó en su día de cómo el expresidente simuló reuniones con Naciones Unidas y la Major League Soccer (MLS) en Nueva York para pasar seis días en EEUU, donde estuvo acompañado de una pintora mexicana.

Un lustro de mandato en el que en apenas un año llegó a una de las vicepresidencias de la UEFA,en el que ha presumido de elevar los ingresos de la RFEF de 144 millones de euros cuando llegó a los 382,3 actuales y en el que ha cambiado fidelidades por enemistades. Varias de las personas que fueron su 'guardia pretoriana' en la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE) se alejaron y ahora trabajan en LaLiga. Su dimisión cierra una etapa que aún deja en el aire cuentas pendientes en los tribunales.