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Cata Coll es el orgullo de Marratxí. La portera de la selección española, que este domingo se proclamaba campeona del mundo absoluta en Sidney, presumió junto a su padre, Fernando Coll, de la bandera del municipio sobre el mismo césped del estadio en el que se disputó la gran final solo unos minutos después de la brillante e inolvidable victoria contra Inglaterra.

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La guardameta del Barça, que desde febrero de 2022 da nombre al campo de fútbol de Son Caulelles, empezó a jugar a fútbol en el Sporting Sant Marçal y pasó después por el Athletic Marratxí antes de recalar en el Collerense, su gran trampolín hacia la elite, y ha sido una de las grandes sensaciones del campeonato desde que debutó como titular en el cruce de octavos de final contra Suiza. Y el gran partido, el que decidía el título y sirvió para España lograra su primera estrella, se siguió con muchísima pasión en Pòrtol, donde se instaló una pantalla para que sus vecinos, amigos y familiares vivieran de manera especial una cita histórica. Allí, por supuesto, se encontraba su mayor admiradora: Antonia Lluch, su madre, que disfrutó con la victoria y con las paradas de la joven futbolista mallorquina.

Cata Coll, junto a su padre, Fernando, muestra la medalla de campeona del mundo tras el partido.

Pero Cata tampoco estuvo sola en las antípodas. En las gradas del estadio de Australia estaban su padre, Fernando Coll, y uno de los hombres que más han marcado su carrera, el entrenador de porteros Pablo Roca, que fueron testigos directos de unas las mayores gestas del deportes español. El orgullo de Mallorca. El orgullo de Marratxí.