La internacional Cata Coll, en el centro, celebra una victoria con sus compañeras del Collerense en el año 2019. | GRUP SERRA

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El Mundial femenino ha terminado este domingo bajo una lluvia de confeti en Sidney, pero para una parte de la selección española empezó hace ya muchos años en es Coll d'en Rabassa. La popular barriada palmesana, cuna del fútbol femenino en Mallorca, fue también el principal punto de partida en las carreras de Mariona Caldentey y Cata Coll, titulares en el combinado que derrotaba a Inglaterra en la gran final para bordar la primera estrella en la camiseta de 'La Roja'.

El Collerense, que este año cumplirá un cuarto de siglo volcado con el fútbol femenino, tiene ahora otros dos grandes motivos de los que sentirse orgulloso. La entidad de Can Caimari, de la que también han salido jugadoras como Virginia Torrecilla, Patri Guijarro o Maitane López, ha vivido de forma intensa el campeonato que se ha celebrado a caballo entre Nueva Zelanda y Australia. De hecho, la familia del club se reunía este domingo en su local social para seguir el partido y vibrar con un encuentro que será recordado para siempre. «Este Mundial marca un antes y un después para el fútbol español y a mí, personalmente, que haya dos campeonas que hayan pasado por nuestro club, me supone un gran orgullo», asegura Tolo Verd, su presidente. «Estamos muy emocionados».

La final entre España e Inglaterra se ha seguido con intensidad en el campo del Collerense.

A Mariona Caldentey (Felanitx, 1996) y Cata Coll (Marratxí, 2001) ya se les intuían maneras de grandes triunfadoras en el campo de Ca Na Paulina. «Cuando estaban con nosotros ya despuntaban», explica Verd. «Tenían poder y fuerza para llegar muy lejos y lo han demostrado. Aún nos dura la emoción por ver cómo ha evolucionado el fútbol y este equipo en el Mundial».

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En el caso Mariona, autora del pase que Olga Carmona convertiría en un gol para la eternidad, ya brillaba vestida de rojo siendo muy joven. Fue en es Coll donde encandiló a los responsables de la sección femenina del Barça, que la ficharon en 2014, con solo 18 años. La mallorquina acababa de ser subcampeona de Europa sub'19 en Noruega, con Jorge Vilda como entrenador, tras caer en la final contra Holanda, y llevaba jugando desde los 15 años con el Collerense en Primera División.

Mariona Caldentey, tercera por la derecha en la fila inferior, antes de un partido del Collerense. La 'felanitxera' compartía once con Patri Guijarro, Maitane López, María Vidal o Pili Espadas.

Cata, titular con España a partir del encuentro de octavos de final contra Suiza, llegó al Collerense, referente absoluto en la Isla hasta hace solo unos años, tras pasar por Sporting Sant Marçal, CIDE y el Athletic Marratxí. Allí se hizo grande y el Barça, atento a su progresión, desplegó sus redes en 2019. La marratxinera ya era también una protagonista habitual en las categorías inferiores de la selección española. Probablemente quedará soterrado por la grandeza del título, pero es la única futbolista del planeta que ha disputado tres finales mundialistas en tres categorías diferentes.

«El fútbol femenino ha experimentado un gran cambio. Ahora la gente apuesta más y se demuestra con resultados», argumenta Tolo Verd. «El trabajo en silencio de mucha gente desde hace años y en unas condiciones muy diferentes a las de ahora, empieza a dar frutos. Si la Federación y las territoriales sigue apostando por ello, esto irá mucho más lejos», añade antes de formular un deseo en voz alta: «Espero que no sea la última alegría que nos llevamos ni el último título que nos traemos».