Los jugadores del Real Madrid atienden las órdenes de su entrenador Carlo Ancelotti durante el entrenamiento de este martes en la Ciudad Deportiva de Valdebebas de Madrid. El equipo prepara el partido de la final de la Champions League que los enfrentará ante el Liverpool el próximo 28 de mayo en París. | JUAN CARLOS HIDALGO

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El 7 de mayo de 2020 era la fecha del último día que la ciudad deportiva del Real Madrid se abrió a la presencia de medios de comunicación. Más de dos años después, a cuatro días de una final de la Liga de Campeones, 250 profesionales accedieron al templo blanco para compartir un día de trabajo con Carlo Ancelotti y sus jugadores. Sonrientes, exhibiendo la confianza que siente un deportista que sabe que ha cumplido con su deber para alcanzar con mérito la gran final, mientras en el ambiente sobrevolaba el nombre de Kylian Mbappé.

Comparecía Ancelotti con varios mensajes por lanzar, de reconocimiento a lo conseguido en un camino en el que su equipo se deshizo, cuando nadie lo esperaba, de PSG, Chelsea y Manchester City: «Jugar una final ya es un éxito». La respuesta a las preguntas esperadas sobre el giro inesperado de guion con Mbappé, también estaba preparada. «Tenemos que pensar en la final. Nunca hemos hablado de jugadores de otro club. Tenemos respeto a sus decisiones y a los clubs». A la segunda cuestión, lo cortó de raíz. «Entiendo perfectamente y respeto tu trabajo pero nunca hablaré de jugadores que no están en el Real Madrid». No había más recorrido con el experimentado técnico que también esperaba el sí de Kylian y había hecho más de un dibujo táctico para encajarlo en su sistema.

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Llegaba la zona mixta y los jugadores tomaban la palabra. Era el momento de responder a Mbappé en alguna pregunta aislada que nunca quitó el protagonismo a lo realmente importante en el presente, la final de París ante el Liverpool. «Tenemos los mejores aquí y es lo que nos interesa», dijo Thibaut Courtois. «Cada jugador tiene sus decisiones, yo me estaba muriendo desde hace años por poder venir al Real Madrid y sé lo especial que es jugar en este club», afirmó comparándose con el trato que ha dado Mbappé al club blanco. Algunos optaron por no entrar. «El objetivo está muy claro y es el sábado», respondió David Alaba.

Y otros, mostraron respeto por el delantero francés, como Casemiro. «Cada uno toma la decisión que quiera, nosotros tenemos que ser sinceros y si estuviera con nosotros sería un gran jugador. La verdad es que ya lo es, pero tenemos que respetar la decisión de seguir en París que ha tomado. Lo tenemos que respetar y le deseamos lo mejor para él, no contra el Real Madrid». Y la dureza de Karim Benzema, actuando como capitán en las redes sociales con una publicación del escudo del Real Madrid y otra haciendo referencia a la traición sufrida por el rapero Tupac, la convirtió en indiferencia hacia quien consideraba un amigo como Mbappé. «No es el momento de hablar de esas cosas pequeñitas», soltó. Es el pensamiento de un vestuario que solamente piensa en acabar la 'Champions' de las remontadas dando una nueva alegría a su afición. Nada ni nadie está por encima del escudo ni de la institución que más Copas de Europa exhibe en su vitrina.