Imagen del campo del Alaró | H2O2 SPORT GLOBAL

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El partido Alaró-Calvià de categoría juvenil disputado este pasado fin de semana quedó suspendido tras la agresión de un espectador al delegado visitante. En el tramo final del partido una rifirrafe en la banda desembocó en una serie de empujones que acabarían con un aficionado local saltando al terreno de juego y propinándole varios puñetazos al integrante del cuerpo técnico calvianer. Tras el tumulto, el colegiado del choque optó por darlo por terminado. Los hechos propiciaron que la Guardia Civil se personara en el campo para identificar al individuo, que había sido retenido.

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El partido correspondiente a la última jornada de la Preferente Juvenil Grupo A discurría sin mayores incidencias con 0-2 a favor del Calvià, que se jugaba la permanencia mientras el Alaró no tenía ningún tipo de urgencias de cara la clasificación. Superado el minuto 80 un balón que sale por la banda cerca de la zona de banquillos da pie a un pique entre dos rivales. Al cara a cara se suman integrantes de los dos equipos produciéndose un rifirrafe que no va más allá de una serie de empujones e integrantes de los dos cuerpos técnicos interceden para separar a los jugadores. Sin embargo, un aficionado local, al ver el barullo, interpretó que el delegado visitante se dirigía a agredir a su hijo y se abalanzó sobre él propinándole varios puñetazos. El colegiado refleja en el acta que le golpea hasta en tres ocasiones en el rostro, aunque el árbitro señala que la agresión se produce al entrenador cuando testigos presenciales aclaran que el afectado fue el delegado calvianer. La situación de tensión llevó al colegiado a decretar la suspensión del encuentro en el minuto 85.