El director general del Barcelona, Ferran Reverter, analizó ayer en rueda de prensa las conclusiones que se extraen de la auditoría a la gestión de la anterior directiva y la calificó como «nefasta, sin planificación y con improvisación total». | Alejandro García

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La due diligence (auditoría) encargada por la nueva cúpula del FC Barcelona a Deloitte revela descontrol e improvisación en la gestión del día a día del club y de la política de fichajes en la etapa de Josep Maria Bartomeu, cuya gestión disparó la masa salarial un 61 % en tres años y dejó una deuda de 1.350 millones hasta marzo, incluyendo los compromisos futuros.

La auditoría constata que los fichajes se realizaron a precios elevados e incluyendo cláusulas que dispararon los costes salariales. Sin citar nombres de futbolistas, ha dicho que la anterior Junta firmó a un jugador un salario de 9 millones en su primera temporada, que luego saltaba hasta los 19 millones en la segunda y a los 28 millones en la tercera.

«Encontramos patrimonio neto negativo, situación de quiebra contable. Si fuera una SAD, situación de disolución. También un flujo de caja operativo nulo, con dificultad para pagar las nóminas. Una deuda de 1.350 millones de euros, incumplimientos de compromisos con bancos, ‘ratios’ de Liga y UEFA y de los Estatutos, y tuvimos problemas para inscribir a nuestros jugadores», resumió    El director general (CEO) del Barcelona, Ferran Reverter, en rueda de prensa.

La auditoría, que analiza la gestión del 2018 hasta el 31 de marzo de 2021, aflora prácticas como el borrado de correos de empleados del club 90 días después de que dejaran la entidad, y denuncia que en muchas ocasiones los directivos no usaban los ordenadores del club.

Falta de inversiones en instalaciones deportivas, de controles internos en el club o bien infravaloración del coste de proyectos como el Espai Barça son otras de las denuncias de la herencia recibida por el actual equipo directivo.