Manolo López Lacal, en una imagen captada en el campo de Son Malferit. | Miquel Alzamora

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Manuel López Lacal (Palma, 1938) es un directivo histórico del fútbol balear. Vinculado a la Federació desde 1964 ha decidido dar un paso al costado y si bien mantendrá el vínculo con la institución que preside Miquel Bestard, no lo hará con la intensidad que lo ha hecho estos 57 años. Su vida ha estado ligada siempre al fútbol. Tiene la insignia de oro del Mallorca por su trabajo en los filiales en la década de los 60. También pasó por La Salle, club del que fue presidente de 1970 a 1986. Fichó a Serra Ferrer, que a partir de ahí protagonizó una imparable carrera. Siente el vértigo de dejarlo, pero la felicidad y el orgullo del deber cumplido.

Más de media vida ligado a la Federación. ¿Le ha costado dar el paso de dejarlo?
— Me ha costado mucho. Seguiré ayudando a Miquel Bestard en lo que necesite y continuaré de vicepresidente segundo, pero no como hasta ahora que vivía casi por y para la Federación. Siempre digo que he dedicado más tiempo al fútbol que a mi propia familia y ha llegado el momento de que esto cambie. Tengo 84 años, estoy muy bien de salud y es momento de compartir más tiempo con los míos.

¿Con cuántos presidentes ha trabajado en la Federació?
— Con cuatro. Lo hice con Rafael Puelles y Joan Seguí, ambos eran dos grandes personas y tuvieron a Sebastià Alzamora de secretario. Posteriormente estuve con Antonio Borràs y recientemente con Miquel Bestard. Solo tengo palabras de agradecimiento para todos porque siempre han confiado en mí.

¿Cómo valoraría esta última etapa bajo las órdenes de Miquel Bestard?
— No tengo palabras. Por mucho que yo haya dado a Miquel, él siempre me ha dado más a mí. Su confianza ha sido enorme. En según qué temas hemos podido estar en desacuerdo, pero siempre hemos mantenido una línea de respeto y amistad. Nunca podré decir ni media palabra contra él porque es una persona noble, trabajadora y apasionada con el deporte y el fútbol. Ahora llega el momento de ir dejando mi labor, pero como he dicho siempre estaré a su disposición.

También conoció a los últimos presidentes de la Española.
— Para mí el mejor fue Pablo Porta. Llegué a ser su secretario y a llevarle la agenda. Angel María Villar hizo mucho por el fúbol balear. Más allá de los problemas que desembocaron en su marcha, dinamizó y ayudó muchísimo a la Federació y a la mejora de los campos y Ahora con Rubiales vivimos también una etapa muy buena. Tiene una gran confianza en Miquel Bestard y este no para de trabajar para el bien del fútbol balear. Hay algunos clubes, dos o tres que no termina de estar de acuerdo con él en según qué temas, pero al final todos suman y todas las opiniones cuentan.

Durante estas casi seis décadas ha sido miembro del Comité de Competición, presidente del fútbol base, delegado, vicepresidente segundo, patrono fundador de la Fundació y persona muy vinculada a la Mutua de futbolistas. ¿Con qué se queda?
— Es difícil. Mire, cada momento lo he vivido con mucha intensidad y he dado lo mejor de mí siempre. En la Mutua me volqué, fue muy humano todo lo que viví porque me preocupaba de todos los futbolistas que sufrían lesiones y que había que operar. Miquel Bestard quería que sintieran cerca a la Federació y a eso me dediqué. Le voy a desvelar algo que no he dicho. Cuando dejé ese trabajo tuve que acudir a un psicólogo porque sentía mucha tristeza después de vivirlo tan intensamente. Ahora no quiero que me pase lo mismo, por eso lo dejo con ese condicionante de estar siempre a disposición de mis compañeros.

Su hijo Nico López se encamina hacia los mil partidos oficiales en los banquillos. ¿Cómo lo ha vivido?
— Con mucho orgullo. Siempre le he seguido, también mi mujer, su sobrina, sus hijos, su esposa... Todos hemos disfrutado de su carrera. Ha repetido en muchos equipos y esto es síntoma de que le aprecian en lo personal y en lo puramente fubolístico.

¿Cómo ha sido su relación con la gente de nuestro fútbol?
— Siempre he sentido el cariño del fútbol balear. Me he dedicado en cuerpo y alma, incluso dejando atrás mis negocios. Lo he hecho sin cobrar y de forma voluntaria. Me siento orgulloso.

¿De qué equipo es usted?
— Un poco de todos. Ahora disfruto mucho de que el ‘Sanedrín' del Atlético Baleares con Antoni Salas al frente me hayan abierto las puertas.

¿Qué mensaje da al fútbol balear?
— Que todos disfruten, que vivan el presente. Yo seguiré viviéndolo ahora de otra manera.