Miquel Àngel Tomàs, técnico del Cardassar, posa con las camisetas de su equipo y el Atlético de Madrid. FOTO: BOTA | Pere Bota

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El sueño del Cardassar se personificará en cada uno de los integrantes de una plantilla que redactará el próximo 16 de diciembre, a partir de las 19:00 horas, una de las páginas que se recordarán durante décadas en la historia del fútbol balear. La magia de la Copa del Rey hará desembarcar en Sant Llorenç a todo un Atlético de Madrid. El técnico del cuadro de Es Moleter, Miquel Àngel Tomàs, no puede esconder la emoción ante un duelo para los anales. Cara a cara ante Diego Pablo Simeone a la caza de otra gesta. A caballo entre la ilusión y gestión de la emociones del vestuario, el técnico del Cardassar no puede esconder que están ante «el partido de nuestras vidas».

— Al margen de componente sentimentales, deportivamente, el Atlético de Madrid era el ‘premio gordo' en el sorteo...
— Curiosamente, desde el club se expresó que Osasuna era el que gustaba. Hace dos años, es verdad que todo el fútbol regional y nacional se volcó con el club tras la torrentada. Pero Osasuna, que era uno de los que estaba en el bombo, era de los que más se implicó, enviando camisetas y balones. Yo entonces no estaba aquí y no caí. Me dejé llevar por los sentimientos, pues el Atlético de Madrid es el club de mi padre, y realmente era el más grande de los equipos que estaban en el sorteo, toda vez que Barça y Real Madrid no entraban. Es verdad que a todo el mundo le estiraba el Atlético, porque es un club grande en España y en Europa. Y jugar un partido así es algo histórico. Recibir a un equipo de Primera lo es, pero el Atlético son palabras mayores. Esto te pasa una vez en la vida.

— A nivel personal, ¿se había imaginado alguna vez en su vida que iba a ser protagonista de un partido así?
— Es algo inimaginable. Será un sueño hecho realidad para toda la gente del club. Cada uno en su faceta. Para jugadores, técnicos, directivos, aficionados... Será un día irrepetible, va a ser el partido de nuestras vidas.

— La entidad del rival, además de su calidad, por la motivación que supone participar de un partido, ¿hará más difícil poder prepararlo en las mejores condiciones?
— Este partido no tiene dificultades a la hora de mentalizar a los jugadores. Es más, creo que tendremos que bajar el nivel de activación, porque como he dicho antes, es el partido de sus vidas. El problema lo tendremos los que tengamos que elegir a un once inicial o realizar una convocatoria. Aquí es donde nos encontraremos con un dilema gordo. No podrán jugar todos; no podrán salir en el once inicial todos; no podrán participar algunos, y eso será el momento más duro para los jugadores. Pero también lo será para nosotros, pues será una decisión complicada, y sabemos que su ilusión, que son personas y tienen sus emociones y expectativas... Pero el reglamento es el reglamento y en los partidos previos tendrán la oportunidad de demostrar que están preparados para afrontar ese partido, que es algo más que eso, es una ocasión única, algo inolvidable. Porque ni lo esperábamos y porque será muy difícil volver a tener delante una oportunidad así, y más ante todo un Atlético de Madrid.

— La ventaja que tienen es que no tienen nada que perder y sí mucho que ganar en el campo...
— Lo que está claro es que, deportivamente, la diferencia es abismal entre ambos equipos. Hablamos en el caso del Atlético de un conjunto profesional, de élite, de Champions... Y nosotros somos un equipo de Tercera División, que acaba de ascender y que tendrá mucha ilusión. Esa será nuestra arma. Si para nosotros poder jugar ante ellos ya es una ‘bomba', no me quiero imaginar lo que sería y supondría ganar al Atlético de Madrid... Nos tendríamos que esconder (risas).

— ¿Cómo asimila uno la noticia? ¿Esperaba este emparejamiento?
— Creo que a todos nos condiciona todavía el día a día, nuestras rutinas. Queda tiempo, pero es que es algo tan grande que resulta inevitable pensar en ese partido. No dejará de ser un día precioso, como cuando eliminamos al Épila. Entonces, fuimos conscientes de que tocábamos el cielo, de que nos íbamos a enfrentar a un equipo de Primera División. ¿Esperarlo? Es un sorteo y todo podía pasar... Es el equipo que todos querían. Y, curiosamente, es un año que el Mallorca no está en Primera División y, además, por la pandemia no podemos ver esta competición en la Isla. Pues mira, casualmente, un equipo de Primera División visitará la Isla. Visitará Es Moleter. Quién nos lo iba a decir hace unos meses, cuando estábamos en la Regional Preferente, luchando por intentar meternos en posiciones de playoff de ascenso. Al que se lo cuentes, seguro que no se lo creerá. Ni nosotros mismos nos lo podíamos creer al principio. Pero ha pasado y vamos a intentar vivirlo al máximo, como la experiencia única que será.