El delantero argentino del FC Barcelona, Leo Messi, durante un partido. | Alejandro García - PO - EFE - EF

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El vicepresidente económico del FC Barcelona, Jordi Moix, desmintió que la entidad azulgrana necesite «una financiación especial» para pagar las nóminas y que el préstamo obtenido por parte del banco de inversiones Goldman Sachs sea para este objeto.
Moix aclaró de este modo unas declaraciones por parte del economista Marc Ciria (Barcelona, 1979), quien considera que el préstamo que el club ha pedido a Goldman Sachs para financiar el Espai Barça en realidad tiene como cometido pagar los salarios de los jugadores a corto plazo.

«El préstamo de Goldman Sachs no es para pagar salarios. Rotundamente, no. La financiación de las inversiones del Espai Barça la hemos trabajado para destinarlas a las inversiones del Espai Barça y no se puede destinar a otra cosa que no sea esta», aseguró categóricamente Moix.

Aclaró que se trata de «un préstamo que está acordado», pero «no firmado», ya que está sujeto a la ratificación de la Asamblea General de Compromisarios o de la aprobación por medio de un referéndum que se había planteado inicialmente organizar la pasada primavera.

«Mientras no se haga así, no se puede disponer de esta estructura financiera. Por eso es imposible que se haya destinado a pagar a los jugadores, porque no está pensado para eso. No necesitamos una financiación especial para pagar las nóminas», argumentó.
Moix insistió en que el citado préstamo se ha estructurado para pagar una serie de inversiones en el Camp Nou y en el Palau Blaugrana, una parte de las cuales ya se han realizado con un préstamo puente de 90 millones de euros.

«Todos los préstamos relacionados con infraestructuras o edificaciones se hacen con este destino y no se pueden dedicar a otra cosa, y la prueba más evidente de las condiciones de este préstamo es que iremos disponiendo de él a medida que vayamos certificando las obras físicas», añadió.

Quiso aclarar que Goldman Sachs es «un banco de inversión en muchos ámbitos» y una parte de su división entra en el accionariado de compañías, pero también tiene otro departamento especializado en financiación de infraestructuras de instalaciones deportivas. «Ellos han hecho 44 operaciones de este tipo en los últimos 10-12 años», dijo.

Moix no entiende que haya dudas con la presencia de Goldman Sachs en una operación de este calibre. «Al contrario. Es un banco de inversión donde ellos estructuran la operación, disponen de activos por parte de sus inversionistas y la sindican entre 5 o 10 entidades que colaboran porque ese es su tipo de estructura», aseguró.

Insistió en que la entidad azulgrana fue a buscar «una entidad que tuviera una especialización contrastada» en este tipo de operaciones y respetar el mandato del referéndum del 2014, en el sentido de que no se pusiera en riesgo el día a día del club ni tampoco su patrimonio.

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«No queríamos cerrar una financiación más tradicional como, por ejemplo, un préstamo a largo plazo con la garantía de las fincas hipotecarias, porque eso supondría que si pasara alguna cosa, estos prestamistas podrían utilizar el patrimonio del club y eso no lo queríamos», indicó.

Otra opción, según aseguró Moix, era obtener un préstamo para realizar las obras y ofrecer como garantía alguno de los contratos de ingresos ordinarios (derechos televisión, el 'ticketing', abonos del estadio, contrato de Nike o de Rakuten), pero tampoco convenció.

El vicepresidente económico comentó que el club y Goldman Sachs trabajan desde hace un año. «En el verano de 2019, hicimos una ronda con las empresas que podrían entrar coordinadas con Goldman Sachs para explicar todo el proyecto, de tal manera que agencias de rating como Fitch han calificado esta estructura de operación para que así, los comités de créditos de Goldman Sachs pudieran aprobar la operación», desveló.

«Y dentro de todas estas consideraciones, no se contempla que se pueda destinar en ningún caso esta cantidad para los salarios del día a día», insistió. Moix aclaró que la garantía solicitada no afecta a recursos de los socios (derramas) ni impone como garantía el valor de las fincas que están «limpias hipotecariamente».

En cuanto a la idea de que el club ha acudido a un banco de inversiones porque la banca tradicional no le da más crédito a causa de la deuda neta acumulada, Moix aseguró que no es una percepción real. «Esta financiación mejora el esquema que habíamos obtenido en el pasado. Acudimos a Goldman Sachs porque tienen experiencia en este ámbito, ellos han evaluado durante un año los costes del proyecto, el proceso urbanístico en el que estábamos, las negociaciones que teníamos con el Ayuntamiento, los acuerdos alcanzados y el plan de negocio que hay vinculado al futuro del Camp Nou», aseguró.

Por otra parte, Moix aclaró que el club no ha incumplido durante dos años consecutivos el ratio EBITDA sobre deuda, estipulado en los Estatutos, sino solo en este pasado ejercicio y por el impacto de la pandemia.

«Esta bajada de ingresos ha impactado en nuestras cuentas. ¿Si estamos mal? Gracias a que habíamos generado 200 millones de fondos propios en los últimos diez años, tenemos un cojín. Nadie había previsto lo de la pandemia y en el último trimestre ajustamos los gastos operativos derivados de la actividad ordinaria en unos 70 millones», añadió.

El vicepresidente entiende que las críticas sobre la gestión de la directiva, que se tiene que someter a un referéndum sobre su continuidad, se pueden deber a una cuestión coyuntural -el final de mandato-, pero defiende el trabajo realizado.

«El proyecto del Espai Barça se ha trabajado por esta junta, esta a punto de licencia, está a punto de licitación de obras con las constructoras y hay una financiación que no pone en riesgo el día a día del club. Por lo tanto, el próximo presidente que salga elegido es el que continuará este proyecto, un proyecto de club, no de esta junta», recalcó.