Gran debut. El mallorquín Carlos Cuesta (tercero por la izquierda en la fila superior) celebra en el vestuario de Wembley la victoria del Arsenal en la Community Shield, que suponía el segundo título de Mikel Arteta al frente del conjunto ‘gunner’. Los londinenses se imponían a Liverpool en la tanda de penaltis. | @iF2is

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Se llama Carlos García Cuesta y con solo 25 años ya se ha ganado un asiento en el staff de uno de los clubes con más solera de la Premier League y, por extensión, del fútbol mundial. El joven técnico, que hasta hace no mucho jugaba en los cadetes y juveniles del Santa Catalina Atlético mientras comenzaba a reunir experiencia dirigiendo a los prebenjamines del club palmesano, es uno de los tres nuevos integrantes que ha incorporado este verano Mikel Arteta al banquillo de Arsenal. Un mallorquín en el universo gunner.

En unas pocas temporadas, Cuesta ha ido trazando una carrera meteórica. Salió pronto del campo para hacer del área técnica —el lugar en el que más cómodo se sentía— su ecosistema habitual y su vida dio un vuelco cuando se trasladó a Madrid para estudiar Ciencias del Deporte. Desde allí, aprovechó todas las plataformas que tenía a su alcance para contactar con clubes y entrenadores con la única intención de seguir formándose. Gracias a una ventana abierta en la red social Twitter se incrustó en la cantera del Atlético de Madrid a los 19 años. Primero como asistente de los benjamines y después como entrenador del primer equipo infantil, donde sobresalía a su vez como el preparador más joven dentro del andamiaje de la cantera rojiblanca. Dedicó su tiempo y sus ahorros a viajar por Europa, a conocer otras culturas futbolísticas y a contactar con técnicos de primer nivel para ir un poco más allá y sumergirse en su metodología.

Ya fuera del cascarón y del Atlético de Madrid, Carlos Cuesta disparó su crecimiento en las entrañas de otro coloso mundial, la Juventus de Turín, donde trabajó con los sub’17 en una temporada compleja y condicionada por los efectos del coronavirus. Hace solo unos días se despedía en las redes sociales de la Vecchia Signora y aunque no aclaraba cuál sería su siguiente destino, ya tenía la cabeza en el norte de Londres. Hasta que el viernes, solo un día antes de la Community Shield que conquistó en Wembley a costa del Liverpool, el Arsenal lo confirmaba todo: su fichaje y que el último galáctico del fútbol balear emerge desde los banquillos.