El jugador de la selección francesa de fútbol, Antoine Griezmann (i), controla el balón ante el jugador español Daniel Carvajal, durante el partido amistos disputado en el Stade de France de Saint-Denis, cerca de París, Francia, el 4 de septiembre del 2014. | CHRISTOPHE KARABA

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Francia 1 - 0 España

Francia: Lloris; Debuchy, Varane, Sakho, Évra (Digne, m.69); Sissoko (Schneiderlin, m.79), Pogba, Matuidi (Cabaye, m.69); Valbuena (Cabella, m.75), Benzema, Griezmann (Rémy, m.58)

España: De Gea; Carvajal, San José, Ramos, Azpilicueta; Fabregas (Pedro, m.69), Busquets (Iturraspe, m.46), Koke; Cazorla (Isco, m.78), Diego Costa (Alcácer, m.69), Raúl García (David Silva, m.58)

Goles: 1-0, m.73: Rémy

Árbitro: Alain Bieri (SUI)

Incidencias: Encuentro amistoso disputado en el Estadio de Francia de Saint-Denis ante unos 80.000 espectadores. Antes del partido se rindió homenaje a los vencedores de la Eurocopa de 1984, en la que derrotaron en la final a España, muchos de los cuales estuvieron en el campo.

La primera cita de España tras el fracaso mundialista se saldó con una derrota en el Estadio de Francia (1-0) en un encuentro en el que los de Vicente del Bosque, con muchas novedades, tutearon a los locales pero cayeron en un despiste defensivo aprovechado por Loïc Rémy.

La revolución que pedía el naufragio brasileño demostró que necesita mucho tiempo para encontrar la identidad que convirtió a España en la referencia futbolística mundial durante muchos años.

La "Roja" buscó el juego de toque, la posesión permanente y el fútbol templado, pero el experimento no soportó la prueba de la memoria, todavía muy reciente, ni la de la eficacia. Una derrota que solo tiene consecuencias morales, al tratarse de un amistoso.

Francia, que no ganaba a España desde el Mundial de Alemania de 2006, aprovechó el despiste, el cemento todavía fresco para acabar con una de sus bestias negras de los últimos años.

Los cuartofinalistas del pasado Mundial aprovecharon la herida de la excampeona para sacarse una espina que empezaba a mutar en complejo.

Plagado de novedades el equipo de Vicente del Bosque demostró que precisa mucho rodaje para volver al nivel de virtuosismo que desplegó durante los últimos años y que la reconstrucción precisa que los nuevos se junten entorno al mismo proyecto futbolístico.

Hasta tres debutantes alineó el seleccionador de inicio, Raúl García, Daniel Carvajal y Mikel San José, símbolo de que corren nuevos tiempos en un equipo que ha visto como algunos de sus hombres clave han puesto punto y final a su carrera internacional.

A ello se sumó la presencia de David de Gea bajo los palos, un puesto que venía ocupando el capitán Iker Casillas, demostración de que la renovación afecta a todos.

Otros dos entraron en el transcurso del partido, Ander Iturraspe, que relevó a Sergio Busquets, y Alcácer, quien ocupó la plaza de un Diego Costa muy desdibujado en el encuentro.

La nueva España salió amedrentada ante una Francia que buscaba matar al león herido. Benzema y Pogba avisaron en los diez primeros minutos, mientras la "Roja" trabajosamente trataba de controlar el juego. Tardó minutos en lograrlo.

A España le costó encontrar su identidad para desembarazarse del acoso francés. Lo hizo despacio, a medida que un hiperactivo Koke fue encontrando su sitio, auxiliado por Cesc, oxigenado por Busquets y con un Carvajal que se multiplicó en la banda derecha hasta convertirse en el jugador más ofensivo de España.

El madridista completó un primer tiempo superlativo tanto en sus funciones defensivas como en sus incorporaciones al ataque.

Con esos argumentos, la España que asombró al mundo jugando sin un "9" natural comenzó a construir un nuevo juego, basado en la misma identidad, la posesión del balón, el toque, pero con un referente ofensivo, Diego Costa, que todavía no ha acabado de adaptarse a la propuesta de Del Bosque.

España fue tejiendo el juego, aplicando la receta del "tiki taka" para imponer su autoridad y crear situaciones de riesgo, la mejor en una internada de Cesc en el área que pasó a Carvajal, quien resbaló en el momento decisivo.

Tras el descanso, Del Bosque prosiguió su renovación con la entrada de Ander Iturraspe por Busquets, otro debutante más. Como en el inicio del encuentro, la "Roja" tardó en asentarse en el campo y Francia se vio arriba. A los 5 minutos, una rápida jugada de Francia permitió a Benzema culminar de genial taconazo un pase de Sissoko, gol anulado por el colegiado por un discutible fuera de juego.

Fue un síntoma de que España se había despistado, lo que quedó puesto de manifiesto en el 72, cuando todo el equipo se quedó paralizado por la lesión de Cazorla, un desconcierto que aprovechó Valbuena para internarse por la izquierda y centrar a la medular del área para que lo ajustara al palo derecho de De Gea Loïc Rémy, el nuevo fichaje del Chelsea que había entrado a la hora de juego en sustitución de Antoine Griezmann.

Las protestas de España porque los franceses no pararan el juego no pararon la euforia de la grada.

España buscó con ahínco el empate. Azpilicueta se internó en el área al minuto siguiente sin que su pase encontrara rematador. David Silva, que había sustituido a Raúl García, cruzó demasiado un disparo diez minutos después; e Isco, que entró por Cazorla, sirvió para Alcácer en el 87.

Isco reclamó un penalti y Benzema, al contragolpe, tuvo ocasión de agrandar el marcador sin conseguirlo