El defensa uruguayo del Elche, Damián Suárez, pelea un balón con el centrocampista del Getafe, Diego Castro. | Efe

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Getage 1 - 1 Elche

Getafe: Moyá; Valera, Rafa, Lisandro (Lopo, min. 57), Roberto Lago; Borja, Mosquera; Pedro León, Sarabia, Diego Castro (Gavilán, min. 66); Ciprian.

Elche: Manu Herrera; Damián Suárez, Botía, Pelegrín, Cisma; Javi Márquez (Stevanovich, min. 81), Rubén Pérez, Carlos Sánchez; Carles Gil, Aarón (Fídel, min. 61) y Boakye (Coro, min. 74).

Goles: 1-0, min. 18: Pedro León. 1-1, mn. 60: Boakye;

Árbitro: José Antonio Teixeira Vitienes (Comité Cántabro). Mostró cartulina amarilla a Roberto Lago (min. 27), Diego Castro (min. 30) y Rafa (min. 77), por parte del Getafe; y a Damián Suárez (min. 43), Cisma (min. 59), Rubén Pérez (min. 62), Aaron Ñíguez (min. 65), Carlos Sánchez (min. 78) y Stevanovich (min. 82), por el Elche.

El Getafe empató 1-1 ante el Elche en un partido aburrido y repleto de imprecisiones que dejó un mal resultado para el conjunto de Luis García, que, pese a mantenerse en puestos europeos, está en una línea descendente tras sumar su tercer encuentro consecutivo sin conocer la victoria en el Coliseum Alfonso Pérez.

Ambos equipos brindaron un encuentro apagado, aburrido en su mayor parte y con dos escuadras que mostraron una falta de ideas preocupante para los pocos espectadores que acudieron al estadio.

Sobre todo en la primera parte. De ella se podría escribir un manual del antifútbol. Ni el equipo madrileño ni el alicantino aportaron nada. Predominó el centrocampismo más ramplón repleto de imprecisiones, balonazos sin sentido y errores infantiles que marcaron el camino hacia una ausencia casi total de ocasiones de gol en las dos áreas.

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El entrenador del conjunto azulón, Luis García, avisó en la víspera del duelo de la dificultad de doblegar a un equipo como el Elche, acostumbrado a esperar en su campo a su rival para luego lanzar contragolpes.

Eso lo hizo bien el conjunto visitante. Supo cerrar casi todas sus puertas para evitar la mayoría de las incursiones locales hasta desesperar a su técnico, que desde el banquillo arrancó los mayores aplausos de su público cuando hizo gestos muy visibles a sus jugadores en los que mostraba su cansancio y hartazgo por el mal juego que estaban desplegando.

Sólo hubo otra ovación para el Getafe, la que se llevó Pedro León cuando marcó el primer gol del partido. Llegó en una jugada aislada, en el único disparo azulón en 45 minutos, un zurdazo desde el borde del área.

En los vestuarios, Luis García y Fran Escribá pusieron las pilas a sus jugadores. Algo tuvo que pasar en el descanso porque los 22 futbolistas salieron con otra actitud a disputar el segundo tiempo. No era tan difícil mejorar lo anterior, y lo hicieron.

El Getafe metió otra velocidad al encuentro y sus rivales salieron a por un empate que consiguieron en el minuto 60 por medio de Yiadom Boakye, que cabeceó a la perfección entre los dos centrales un pase desde la izquierda de Aaron Ñíguez.

Por fin, después de algo más de sesenta minutos, el duelo adquiría algo de interés. Ambos equipos tardaron en crear ocasiones y en ofrecer algo que justificase la entrada que pagaron los espectadores del Coliseum Alfonso Pérez.

Con esos ánimos renovados pudieron marcar Pablo Sarabia, que estuvo a punto de sorprender a Manu Herrera con un zapatazo desde fuera del área, y Aaron Ñíguez, cuyo disparo salvó como pudo Miguel Ángel Moyá.

Entonces apareció el árbitro José Antonio Teixiera Vitienes para enfriar los argumentos futbolísticos con unas decisiones que enfadaron mucho al público del Getafe y a sus futbolistas, que, entre otras cosas, pidieron la expulsión de Cisma por un agarrón a Sarabia cuando se dirigía a la portería de Manu Herrera.

Entre jugadores y árbitro, todos juntos, enfriaron un choque que sólo tuvo dos destellos y un par de oportunidades. Todo acabó como comenzó, con muchas imprecisiones que dejaron el marcador en un empate.