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Sevilla 1 - 2 Real Sociedad

Sevilla FC: Beto; Coke (Cicinho, m.66), Cala, Fernando Navarro, Alberto Moreno; Medel (Stevanovic, m.88), Rakitic, Kondogbia; Jesús Navas, Perotti (Babá, m.66); y Negredo.

Real Sociedad: Claudio Bravo; Carlos Martínez, Íñigo Martínez, Cadamaduro, De la Bella; Illarramendi (Javi Ros, m.88), Bergara, Xabi Prieto; Griezmann (Chory Castro, m.88), Carlos Vela (Estrada, m.79) y Agirretxe.

Goles: 1-0, M.10: Rakitic. 1-1, M.16: Rakitic, en propia puerta. 1-2, M.24: Agirretxe.

Árbitro: Alfonso Álvarez Izquierdo (Comité Calatán). Expulsó al sevillista Reyes con roja directa en el minuto 57 cuando calentaba en la banda por protestar una decisión a un asistente. Además, amonestó a los locales Kondogbia (m.15), Fernando Navarro (m.41) y Alberto Moreno (m.63) y a los visitantes Carlos Vela (m.19), Agirretxe (m.55) y Cadamaduro (m.78).


La Real, con su importante triunfo en el Sánchez Pizjuán (1-2) sigue el duro pulso con el Valencia por clasificarse para la Liga de Campeones y mantiene la cuarta posición en la tabla, mientras que el Sevilla pierde toda su ilusión de seguir en la pelea por volver a jugar un torneo europeo.

Otro partido en el estadio sevillista sin posibilidad para la especulación de los dos equipos, pues la Real había sido desbancada momentáneamente de su cuarta posición tras el triunfo del Valencia en Getafe y sólo los tres puntos en el Pizjuán le devolvería a la privilegiada posición que permitirá disputar la próxima temporada la eliminatoria previa a la fase de grupos de la máxima competición continental de clubes.

El equipo hispalense, por su parte, no le valía también otro resultado que no fuera la victoria en su lucha por engancharse a ese séptimo puesto que da derecho a disputar la Liga Europa.

Así, en los primeros minutos el centrocampista chileno Gary Medel ya lo intentó ante la meta de su compatriota Claudio Bravo, pero el balón se le fue alto, y poco después fue el delantero francés de la Real Antoine Griezmann, en dos oportunidades, el que se plantó con peligro ante el portero portugués Antonio Alberto Bastos 'Beto'.

Fue el equipo del guipuzcoano Unai Emery el que no perdonó en su segunda intentona y, en una jugada ensayada a la salida de un córner, logró el 1-0 con un remate cruzado del croata Iván Rakitic cuando corría el minuto diez.

Reaccionó bien el conjunto donostiarra al tanto encajado y ello también ayudado por algunas muestras de inseguridad de la defensa local, con lo que pronto llegó la igualada, aunque fuera en una jugada desafortunada del Sevilla al meterse el balón Rakitic en su propia portería tras intentar despejar de cabeza una falta sacada por Asier Illarramendi, quien volvía después de dos jornadas lesionado y que le dio mucha consistencia a su centro del campo.

Los realistas maniataron bien a los rivales y salieron con mucha intención para buscar un segundo tanto que encontraron en las botas de Imanol Agirretxe tras un buen centro de Carlos Martínez.

El equipo del francés Philippe Montanier supo perfectamente darle la vuelta al marcador en ocho minutos y después controlar la situación ante un adversario sin ideas en el centro del campo y que dejó espacios en su defensa.

Un par de intentos aislados del Sevilla antes del descanso, en remates de Álvaro Negredo y Rakitic, no tuvieron frutos frente a un rival que mostró mucho empaque y que se fue al descanso con la victoria.

En la segunda parte al Sevilla le siguió costando encontrar la fórmula para superar la presión de la Real pero con el paso de los minutos empezó encadenar llegadas y buenas oportunidades de marcar, en cabezazos del francés Geoffrey Kondogbia y Negredo y en una incursión de Jesús Navas.

La formación hispalense se envalentonó en busca del empate pero también dejó muy desguarnecida la defensa, con lo que el partido se abrió y tanto pudo llegar la igualada sevillista como el tercero realista.

Ya en el tramo final del choque, la Real empezó a replegarse con más intensidad ante el empuje de un adversario que siempre lo intentó pero con más precipitación que acierto y que no pudo ni lograr un empate que le hubiera valido, no obstante, de muy poco.